Inclusión a la diversidad cultural en educación preescolar
Todos los niños y las niñas tienen las mismas posibilidades de aprender y comparten pautas típicas de desarrollo, pero poseen características individuales derivadas de sus condiciones socioeconómicas y culturales y de las capacidades y oportunidades que se les han brindado.
Tomar en cuenta estas características del desarrollo de la infancia y la adolescencia, así como su influencia sobre los procesos cognitivos, lingüísticos, emocionales y de relación social, permite superar una visión del educando como un sujeto homogéneo y crear la conciencia de que las formas de existir de la infancia y la adolescencia son plurales y socialmente construidas.
En este sentido se pretende que los estudiantes de Educación Básica reconozcan la pluralidad como una característica del país y del mundo en el que viven, y que la escuela se convierte en un escenario donde la diversidad puede apreciarse y valorarse como un aspecto cotidiano de la vida.
La educación inclusiva significa también que el docente desarrolle la tolerancia y respeto hacia las diferencias de todo tipo que puedan existir en el aula; al mismo tiempo habrá de promover la enseñanza de estos valores entre los niños, combatiendo patrones de conducta aprendidos social y culturalmente, vinculados con la discriminación. La cual se ejerce desde la base de prejuicios y estigmas dirigidos hacia grupos determinados, obstaculizando el ejercicio de la igualdad.
El docente deberá estar atento a cualquier expresión que denote prejuicio o discriminación hacia otros niños, ya sea por género, lengua, etnia o capacidades, entre otras. Además de identificar las actitudes, es pertinente detenerlas en el momento y expresar su postura de rechazo antes las mismas; procurar además, ocupar un tiempo para su discusión reflexiva. “Cuando un niño rehúsa una tarea con el pretexto de que no es su papel, ¿que es para las niñas?, no tendrá necesidad de oír nada más para intervenir. Cuando un niño en una lectura dice evidentemente, es un árabe, una pausa se impone, puesto que el profesor opina que no hace falta aceptar estereotipos, pero sí los medios para improvisar una explicación y abrir el debate”.
La escuela puede ser un espacio donde la discriminación se manifieste, reproduzca y esconda. Aún cuando en el nivel preescolar, su expresión no se traduce en la misma forma como, puede ocurrir entre alumnos mayores de otros niveles, en donde incluso puede manifestarse con rasgos de mayor violencia. De igual forma, tiene que ser combatida.
“Es en la escuela donde nadie puede ser tratado como si valiera menos y que es moral y democráticamente inaceptable que el sexo, las características físicas, la condición social o económica, el estado de salud o las creencias religiosas de las personas puedan convertirse en pretextos de exclusión, dominio y limitación de derechos”.
Fuente: Guía para la Educadora Preescolar SEP