Clases electrónicas
Consideremos ahora las oportunidades que brindan las TIC de transmitir clases por vías digitales en las que los alumnos puedan participar de forma sincrónica. La sincronicidad sustenta la disciplina organizacional que mencionamos anteriormente.
La tecnología informática actual brinda una nueva posibilidad: la interactividad bilateral. Los estudiantes pueden responder a las preguntas de los docentes y a su vez hacer preguntas en forma escrita desde el lugar en donde viven.
Naturalmente, también pueden utilizarse CD y libros de texto tradicionales como complemento de la clase.
La principal ventaja de una clase en formato digital es que permite llegar a un público muy amplio. Las limitaciones físicas, en este caso, son los diferentes husos horarios.
Por supuesto, la cantidad de estudiantes que pueden participar activamente no es demasiado grande, pero al menos este modelo rompe con las limitaciones físicas y geográficas.
Para el docente, la clase electrónica presenta otras ventajas. En primer lugar, la clase puede transmitirse a través de Internet en simultáneo a diferentes lugares.
Los estudiantes pueden dar sus opiniones y hacer preguntas en forma escrita, y el docente puede mostrar en pantalla la imagen del alumno que ha hecho la pregunta. Cuando los estudiantes hacen preguntas que los docentes ya habían anticipado, pueden recibir respuestas estandarizadas generadas automáticamente o pueden dirigirse directamente a los asistentes.
La segunda opción es distribuir una clase pregrabada, por medio de un DVD, un videocasete o incluso a través de Internet. Las ventajas de estos medios son:
• distribución masiva y múltiples audiencias;
• mejor calidad de los textos, acompañados de ilustraciones y de lecturas adicionales; y
• disponibilidad en cualquier momento y en cualquier lugar, según sea más conveniente para el alumno.
Las posibilidades que brindan las TIC para imprimir y grabar permiten transformar el modo en que se presentan las clases. Sin embargo, algunas de las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías también pueden ser consideradas por algunos como desventajas.
Por ejemplo, la obligación de presentarse en persona a una hora dada para dar u oír una clase implica una disciplina que organiza el proceso de aprendizaje y que, en ocasiones, ¡también es necesaria para el docente! El acto de tomar apuntes, por otra parte, ayuda a los estudiantes –a través de una actividad kinestésica– a concentrarse y a memorizar la información recibida, que luego, al trabajar online, se ven obligados a repasar y a volver a analizar,
En algunas regiones y comunidades, muchas personas ya reciben educación general a través de la radio y de grabaciones magnéticas. En algunas ocasiones se usa simultáneamente una combinación de transmisiones radiales o grabaciones y clases presenciales, obteniéndose buenos resultados.
Muchas personas aprenden lenguas extranjeras mientras conducen y escuchan un casete en el coche. La siguiente etapa es la televisión y las cintas de video.
Estos medios aportan algo a la clase tradicional: se puede ver al orador en el momento del día más conveniente para el alumno, la voz es más clara, el rostro está cerca, etcétera. Por último llegamos a la era de la HDTV y el DVD, con su formato de “imagen en imagen” (picture-in-picture).
¿Es posible aprender usando combinaciones de los medios mencionados anteriormente? La respuesta es sí. ¿Es útil incorporar a la clase materiales textuales y grabaciones de audio y video? Nuevamente, la respuesta es sí. En otras palabras, la clase tradicional no está en vías de extinción, sólo corre el riesgo de tornarse más interesante. Fuente: Libro de las Tecnologías de la información y la comunicación en la enseñanza de la UNESCO.