Enfoques pedagógicos destinados a mejorar el aprendizaje
están correctamente puestos al servicio de los niños. La mayoría de los especialistas coinciden en señalar que no es deseable aplicar una pedagogía dominada por el docente que reduzca a los alumnos a un papel pasivo.
Sin embargo, este tipo de pedagogía constituye la norma en la gran mayoría de las aulas del África Subsahariana y de otras partes del mundo. En todas las regiones se pueden encontrar programas emblemáticos que fomentan una pedagogía activa centrada en el niño, un aprendizaje cooperativo y un desarrollo del espíritu crítico y de las competencias para resolver problemas.
Se pueden citar como ejemplos la Escuela Nueva en Colombia, las Escuelas Comunitarias en Egipto, la Pedagogía Convergente en Malí y las Escuelas del Comité para el Progreso Rural en Bangladesh. Los intentos para adaptar esos métodos innovadores son una característica sobresaliente de la renovación pedagógica en el África Subsahariana, pero los resultados de estos experimentos educativos todavía no son concluyentes y, además, su costo es elevado.
Por lo que respecta a la gama que va de la enseñanza tradicional –en la que el maestro se sirve de su palabra y de la pizarra– a la instrucción “abierta”, muchos educadores propugnan una enseñanza estructurada consistente en una combinación de instrucción directa, práctica guiada y aprendizaje autónomo.
Por regla general, los docentes presentan material en pequeñas cantidades, toman el tiempo necesario para asegurarse de que los alumnos comprenden y fomentan su participación activa. Son numerosos los datos que indican que la enseñanza estructurada da mejores resultados que los enfoques pedagógicos de tipo abierto en el caso de los niños de medios sociales desfavorecidos, los escolares con dificultades para aprender y las clases con gran cantidad de alumnos. Además, esa enseñanza permite crear un entorno centrado en el niño, ofreciéndole posibilidades para el descubrimiento personal.
En las zonas geográficamente aisladas puede ser necesario recurrir a estrategias particulares como el aprendizaje a distancia, las clases itinerantes y las clases con niveles heterogéneos.
Los planes de estudios tienen que adaptarse en consecuencia y se debe formar a los docentes para que apliquen métodos pedagógicos adecuados, por ejemplo el aprendizaje mutuo entre alumnos, el aprendizaje en grupo y el autoaprendizaje. Fuente: Libro de Educación para todos “El imperativo de la calidad” de la UNESCO.