El respeto de la integridad educativa
La convención exige no sólo que se proteja a los niños de todas las formas de violencia, sino también que se imponga la disciplina escolar de forma compatible con la dignidad del niño.
Ahora bien, en países de todo el mundo sigue siendo un fenómeno extendido en las escuelas la aplicación frecuente de sanciones violentas y graves, comprendidos malos tratos psicológicos y humillaciones.
El comité de los Derechos del niño ha afirmado sistemáticamente que esos castigos constituyen una violación de los derechos del niño y una denegación de su integridad. También perpetran gran violencia niños contra otros niños y niños contra docentes y es igualmente importante enfrentarse a semejante comportamiento.
Los castigos físicos y otras formas de tratos humillantes y abusivos no sólo violan el derecho del niño a la protección frente a la violencia, sino que son muy contraproducentes para el aprendizaje.
Los niños mencionan la violencia como un factor importante del abandono de los estudios. Además, menoscaba la autoestima y difunde el mensaje de que la violencia es aceptable. Muchos factores contribuyen a que se siga empleando la violencia contra los niños en las escuelas, entre ellos:
– La aceptación social y jurídica de la violencia contra los niños.
– La insuficiente formación de los docentes, que hace que no logren imponerse en el aula, con la consiguiente quiebra de la disciplina.
– El desconocimiento de los beneficios que acarrea una disciplina positiva y de cómo fomentarla.
– La incomprensión de las perniciosas consecuencias de los castigos físicos.
– La incomprensión de las distintas maneras en que los niños aprenden y el hecho de que se desarrollan a distinto ritmo y tienen diferentes capacidades de comprensión.
Hay que actuar para suprimir todos esos obstáculos e instaurar entornos educativos que respeten los derechos humanos y en los que estén prohibidas todas las formas de castigos físicos y humillantes y se promueva la solución no violenta de los conflictos. Fuente: Libro de Un enfoque de la educación para todos basado en los derechos humanos de la UNESCO