Objetividad en el periodismo
El término “objetividad” se empleó al principio para describir una aproximación o método periodístico; el periodista debía tratar de presentar las noticias en forma objetiva, sin reflejar prejuicio alguno de tipo personal o corporativo.
Con el tiempo, la objetividad empezó a ser exigida por los propios periodistas. El director ejecutivo del periódico estadounidense The Washington Post, Leonard Downie, tomó el concepto tan en serio que se negó a registrarse para votar. Pero hoy muchos periodistas reconocen que la objetividad total no es factible.
En 1996, la Sociedad de Periodistas Profesionales de Estados Unidos suprimió la palabra “objetividad” de su código de ética. Después de todo, los periodistas son seres humanos, se preocupan por su trabajo y tienen su propia opinión.
Decir que son del todo objetivos es tanto como decir que carecen de valores. En realidad, por largo tiempo los periodistas han admitido que deben estar muy conscientes de sus propias opiniones para poder mantenerlas bajo control. A juzgar por las historias que escriban, el público no debe percatarse de cuál es la opinión del autor.
Por medio de un método objetivo y científico para verificar la información, el periodista puede escribir historias que no reflejen su punto de vista personal. En otras palabras, la historia misma tiene que ser imparcial y equitativa.
Los periodistas se esfuerzan también por ser justos en su trabajo y no presentar una sola versión de los hechos. Buscan opiniones contrastantes e informan acerca de ellas sin favorecer a ninguna de las partes.
Además de verificar las declaraciones factuales, buscan opiniones discrepantes en los casos en que hay disputa en torno a los hechos.
Fuente: Manual de periodismo independiente de Deborah Potter