Supervisores periodisticos
Muchos editores tienen que presentar además una reseña anual del desempeño de los empleados bajo su supervisión, lo cual es un tipo de realimentación más formal.
La realimentación eficaz es oportuna y específica. Se ofrece tanto en persona como por escrito. La mayoría de los editores son partidarios de dar la realimentación positiva en público y hacer todos los comentarios de crítica en privado.
Para los editores más atareados, la única forma de asegurarse de que sus empleados reciban la realimentación de persona a persona que merecen es mediante sesiones periódicas de comentarios.
Hacer que los empleados se enteren en forma habitual de la calidad de su trabajo es un buen recurso para evitar sorpresas desagradables a la hora de evaluar el desempeño.
Los jefes de información deben buscar el modo de obtener del personal a su cargo una realimentación sincera sobre su desempeño.
Esto se puede lograr en conversaciones informaleso pidiendo a los empleados que respondan un cuestionario anónimo. En una u otra forma, los jefes deben insistir en que su personal sea sincero y no mostrar inquina si el resultado no es del todo favorable. Lo importante es que averigüen qué pueden hacer para mejorar su propio rendimiento.
Los principales editores y jefes de información establecen la tónica en la sala de redacción y ayudan a crear en ella una cultura positiva, estableciendo y reforzando las normas y valores que los empleados comparten.
En una sala de redacción bien dirigida, los editores no tienen favoritos; alientan la comunicación abierta y celebran reuniones regulares para cerciorarse de que todos comprendan las metas de la organización de noticias.
Los editores deben prestar mucha atención al buen estado de ánimo del personal y hacer todo lo posible por mejorarlo, elogiando los éxitos y premiando los logros notables.
Reconocer en público el buen trabajo es un recurso adecuado para hacer que éste prolifere.
Fuente: Manual de periodismo independiente de Deborah Potter