Códigos de conducta para el periodista
Estos códigos pueden señalar las acciones o actividades específicas que serán alentadas o prohibidas, o bien, que requieren aprobación de la dirección.
Muchas organizaciones de noticias limitan lo que los periodistas pueden hacer dentro y fuera de su trabajo. El principal propósito de esos límites es proteger la credibilidad de dichas organizaciones.
Es posible que a reporteros y fotógrafos se les diga explícitamente que no deben manipular o “recrear” las noticias instando a los protagonistas de éstas a repetir actos que no harían en condiciones ordinarias.
Tal vez no se permita que el reportero oculte su identidad para conseguir una historia, a menos que haya razones claras y convincentes para creer que la información resultante será de interés público y no es posible obtenerla de ningún otro modo.
Una estación de televisión puede prohibir explícitamente el uso de cámaras ocultas o grabaciones subrepticias para conseguir una noticia, a menos que algún directivo lo autorice por causas de interés público.
Con el advenimiento de la fotografía digital se han añadido nuevas normas que prohíben alterar fotos o vídeos en formas que pudieran desorientar a la audiencia.
Varios incidentes de gran resonancia contribuyeron a la adopción de esas nuevas políticas, entre ellas una foto publicada en la portada de la revista National Geographic en la década de 1980 donde las famosas pirámides de Giza en Egipto fueron distorsionadas para acercarlas entre sí.
Muchos de los reglamentos contenidos en los códigos de conducta de las salas de redacción se refieren a cuestiones de independencia periodística.
Para no dar ni la más ligera impresión de un conflicto de intereses, a los reporteros se
les puede prohibir que adquieran acciones de las compañías sobre las cuales escriben o que tengan intereses personales en ellas.
A los periodistas no se les puede permitir que asuman una posición pública en asuntos de política ni que apoyen abiertamente a un candidato a cargos públicos.
La organización de noticias puede prohibir que sus periodistas tengan una relación comercial con cualquier fuente de noticias o que realicen trabajos externos remunerados, a menos que lo hagan con aprobación de sus directivos.
La política que ha establecido en materia de ética el Detroit Free Press, un periódico estadounidense del estado de Michigan, explica con claridad lo que su personal debe y no debe hacer:
– Prohíbe que se pague a un informante para conseguir noticias y que se le permita a éste revisar el material antes de su publicación.
La Canadian Broadcasting Company (CBC) tiene un prolijo manual de normas en el cual se exige a los empleados rechazar cualquier obsequio que pudiera dar la impresión de que con él se intenta influir en alguna decisión de la CBC; sólo pueden aceptar regalos modestos de buena voluntad u hospitalidad que se ofrezcan en el curso de su trabajo normal.
Los empleados de la CBC no pueden aceptar ofertas de viajes u hospedaje gratuitos para cubrir una historia.
Tal vez no sea posible evitar todos los posibles conflictos, pero el periodista tiene que estar consciente de que su conducta puede repercutir en forma negativa sobre su organización de noticias. Cabe esperar que en cuanto él o ella perciba una posibilidad de conflicto, lo notifique a sus supervisores.
Fuente: Manual de periodismo independiente de Deborah Potter