Una meta y un objetivo en común
Una vez que los miembros del grupo empiecen a darse cuenta de los beneficios potenciales de la cooperación intergrupal, el/la PI podrán alentarlos a entablar un debate de carácter más formal sobre los problemas comunes, entre los cuales podrían figurar:
– La falta de servicios de extensión agrícola en la zona;
– La necesidad de una carretera de acceso hasta el mercado;
– El elevado costo de los insumos agrícolas;
– Los bajos precios de los productos del grupo.
Superar los problemas comunes es una de las metas en las que pueden centrarse todos. Esto vincula a las personas entre sí, les proporciona una finalidad común y acrecienta la solidaridad de grupo.
Es posible que haya problemas comunes por solucionar, por lo cual los grupos deberán establecer un orden de prioridad entre tales problemas e indicar así el primero, el segundo, el tercero, etc., por magnitud e urgencia. Una vez que los grupos hayan identificado sus problemas más graves, podrán decidir qué medidas han de adoptarse y en qué modo una asociación intergrupal podrá ayudarles a alcanzar sus metas.
Tal vez sea necesario plantearse los interrogantes siguientes:
– ¿Qué actividades o servicios puede proporcionar la AGPA a sus grupos asociados?
– ¿Cuáles serán los beneficios sociales y económicos, y los costos correspondientes, que derivarán de la participación en una AGPA?
-¿Queremos que la AGPA solucione sólo problemas a corto plazo o también a largo plazo?
– ¿Cuáles serán las modalidades de participación de cada grupo?
– ¿Dónde encontrarán los grupos los recursos para financiar sus acti-vidades?
Los grupos también podrán consultar con las autoridades locales y las agencias de desarrollo que proporcionarán apoyo técnico y de otra índole. Corresponde a los grupos decidir en qué medida involucrar en sus debates a las entidades no asociadas.
De todos modos deberá mantenerse informadas a estas partes ya que su exclusión del proceso podría dar lugar a sospechas y recelos.
Definición de los objetivos
En sus debates iniciales los grupos identifican y los problemas comu-nes y establecen un orden de prioridad entre los mismos. Los grupos también deben tener una idea aproximada de cómo podría benefi-ciarles la formación de una AGPA.
En esta fase es necesario que los miembros se sienten alrededor de una mesa y definan con mayor claridad los objetivos de la AGPA y sus actividades y servicios propuestos.
Si los grupos tienen una idea clara de cómo la cooperación intergrupal podrá ayudarles a alcanzar sus metas, entonces la AGPA tendrá muchas más probabilidades de éxito.
Es ésta una fase crítica en la formación de la AGPA que requiere esfuerzos denodados. Pero el tiempo que se dedique a esta tarea será sin duda bien empleado.
Para que el proceso avance, se alienta a los grupos interesados a que estudien la lista de problemas comunes y determinen si cuentan o no con la capacidad colectiva necesaria para solucionarlos. De este modo podrán elaborar una estrategia específica para resolver cada problema, y evaluar los beneficios y costos previstos.
Después de esta evaluación determinarán si los beneficios que prevén obtener de la estrategia propuesta son atractivos y examinarán otras estrategias hasta encontrar una que consideren satisfactoria. A continuación se da un ejemplo de cómo podría ser el proceso:
El proceso arriba indicado puede conllevar varias rondas de debates para abordar todos los temas. El resultado ha de ser una declaración bien definida de las metas, como por ejemplo: “Queremos aumentar el nivel de ingresos de nuestros miembros” o bien “Queremos ayudar a nuestros miembros a vender sus cosechas en el mercado”.
Fuente: Guía para el desarrollo de asociaciones intergrupales de la FAO