La calidad higiénica en la cocina pasa por controlar perfectamente las superficies. En efecto, ningún alimento puede estar estéril si el conjunto de la estructura y el material puede contaminarlo con gérmenes inocuos o peligrosos durante el período de trabajo. Por tanto, es indispensable limpiar y desinfectar la cocina y sus materiales para evitar que se formen “nichos de microbios”.
Para que sea eficaz, la desinfección de los locales y la frecuencia de la limpieza deben planificarse bien, y los productos y el material de limpieza deben ser adecuados.
Frecuencia de la limpieza
Sólo a modo de ejemplo, pero es preferible referirse a la reglamentación nacional, en caso de que exista.
– Los techos: una vez todos los meses
– Las paredes: una a dos veces por día, alrededor de los lugares de trabajo; una vez por semana en otros lugares.
– En los lugares de trabajo, las mesas: después de cada uso.
Fuente: Buenas prácticas de higiene en la preparación y venta de los alimentos en la vía pública en américa latina y el caribe, FAO