Herrmann y la psicología e historia de la psicología
Herrmann (1979) enfatizaba que si hubiera que buscar la unidad subyacente a la Psicología, tanto longitudinal como transversalmente, habría que hacerlo respecto del método y no con referencia al objeto de estudio, mucho más ligado al Zeitgeist y al Orthgeist.
En torno a esa metodolatría se centra universalmente la identidad de la Psicología contemporánea. “En esto no hay diferencias ni geográficas, ni politicosociales, ni culturales. Así lo atestiguan revistas, textos, manuales, curricula titularizadores, congresos y cátedras universitarias.
Así lo reconocen instituciones sociales de naturaleza cultural, científica, administrativa y política”.
Yela afirmaba que para que la unidad de la Ciencia psicológica se dé hay que aceptar una definición de la Psicología que la haga ocuparse de “fenómenos como sentir, percibir, emocionarse, desear, querer y pensar esos fenómenos han sido siempre el objeto de estudio de los psicólogos, incluso de aquellos que intentan prescindir de esos términos o denegar sus referentes”.
Y que la entiende como un “sistema de conocimientos que, en última instancia, se basa en la comprobación empírica y experimental, pública y repetida”, y matiza, otros “métodos podrán conducir a conocimientos psicológicos, no a la Ciencia psicológica”.
La aplicación (directa o indirecta) de una metodología científica a los fenómenos de la experiencia y el comportamiento de la persona posibilita que una Ciencia estudie la zona de realidad que hemos llamado “lo psicológico”,funciones mentales –sentir, percibir, emocionarse, pensar…–, contenidos y acciones significativas. Sería, eso sí, una “unidad en la diversidad.” (Yela, 1989, 87).
“Este desarrollo histórico apunta, entre incontables ensayos y errores, hacia una Ciencia psicológica unificada, con un objeto: la conducta, y un método: la comprobación empírica y experimental en la conducta observable del sujeto.
La conducta humana es acción significativa en el mundo. Significativa para el sujeto, es decir, subjetiva y mental. En el mundo espacio-temporal, es decir, físicamente real. La conducta como acción es a la vez un hecho psicofísico y un suceso con sentido.
Los fenómenos conscientes, subjetivos y mentales son característicos de la acción significativa, que es físicamente real. Los fenómenos físicos, orgánicos y fisiológicos son característicos de la acción física, que es realmente significativa.”
Esta concepción permite conjugar, para Yela, la básica dualidad entre datos de la experiencia privada y datos de la conducta pública, dualidad que abre el camino a “dos enfoques diferentes, pero compatibles y complementarios.
Porque los dos se refieren a una y la misma realidad: la conducta. Y los dos pueden adoptar, desde diferentes perspectivas y mediante distintas técnicas iniciales e intermedias, una metodología finalmente común: la comprobación de sus enunciados, o de las implicaciones de sus enunciados, en la conducta observable, considerada como acción significativa del sujeto.