Entrevista cualitativa

Valor es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero también es lo que se requiere para sentarse y escuchar.
Winston Churchill

La entrevista cualitativa es una técnica muy útil y precisa, en la medida en que se fundamenta en la comunicación, y en general en la interrelación entre seres humanos.

Como en esas posibilidades de relación – cuando se presentan realmente como tales – nada está prefijado de antemano, no hay reglas fijas ni procedimientos protocolarios que modelen la conducta del entrevistador, sobre todo porque éste no busca contrastar hipótesis ni generalización de hallazgos sino libre información; una expresión espontánea sobre lo que al entrevistador le interesa, desde el punto de vista (la construcción de sentido) del sujeto de la entrevista.

Podemos definir a la entrevista cualitativa como una interacción personal entre dos sujetos en la que se cruza información: durante su transcurso el entrevistador ofrece interés, confianza, familiaridad, motivación y confidencialidad; el entrevistado devuelve información en forma de descripciones, interpretaciones y/o evaluaciones. Es, pues, una construcción comunicativa, una construcción de sentido con respecto a fenómenos reales; no un simple registro de discursos.

Antes de realizar la entrevista el investigador prevé disposiciones para realizarla en un ambiente agradable, ya que debe operar entre el trabajo y el placer; el diseño se hace de manera flexible, y debe tomar en cuenta lo siguiente:

a. La selección del entrevistado.- Se realiza a partir de una invitación, mediante redes sociales naturales. El investigador determina a qué sujetos elegir, de acuerdo a la posesión de alguna cualidad especial, relacionada con el tema que le interesa conocer, a su posesión de información y a su disponibilidad.

b. La aproximación a los informantes.- Es cuidadosa y esmerada en el proceso de acercamiento. Se solicita una cita, aprovechando para dar a conocer al informante la importancia que se le concede. En el proceso el investigador se compromete: Comenta los motivos e intenciones de su estudio; garantiza el anonimato (salvo autorización expresa); amolda su agenda al tiempo de ocio del informante; ofrece la devolución de la información, sin estímulo monetario;

c. La guía de entrevista.- Es la herramienta que se usa para ordenar los temas. No es un protocolo fijo de preguntas, sino de una lista de tópicos temáticos. Busca apoyar al entrevistador, como recordatorio desde el inicio de la entrevista; es preferible memorizarla, pues la atención al informante debe ser total.

Hablemos ahora de la situación de campo: la entrevista es una “puesta en escena”; una representación que simula la naturalidad del diálogo; eso es novedoso para el entrevistado. Por ello, el investigador debe pensar, antes de realizarla, en:

a. La situación comunicativa;
b. Los usos del lenguaje apropiados;
c. El contexto y la relación con el entrevistado;
d. El juego de ocultar/revelar del informante;
e. Los factores cognitivos y emocionales.

Por otra parte, toda entrevista requiere de un contrato comunicativo. Es un pacto de cooperación; se fijan reglas tácitas, procedimientos y condiciones para la entrevista. Requiere respeto mutuo y respeto a los límites que los participantes fijen de común acuerdo. El entrevistador es responsable de ese contrato.

Para iniciar una entrevista cualitativa el investigador sigue la “lógica del embudo”; a partir de preguntas generales (romper el hielo) se fuerzan la profundidad y el esparcimiento del informante; éste lleva la voz cantante siempre, ya que es la información que posee (y el sentido que le otorga) lo que al investigador le interesa. Sirve esta etapa para familiarizarse. La primera pregunta debe ser abierta, para provocar una respuesta narrativa.

El investigador puede proponer al entrevistado el uso de una grabadora, una vez que la relación se ha establecido. Cuando se utiliza, debe reducirse la presencia de este aparato (se sugiere usar un equipo pequeño y casetes de gran duración).

La utilidad de la grabadora es evidente: garantiza la concentración del entrevistador y el entrevistado, al evitar tomar notas; permite obtener más información que el solo recurso de la memoria.

Pero también tiene inconvenientes: la incomodidad del entrevistado, las fallas en la audibilidad (por lo cual el investigador debe transcribir la entrevista de inmediato) y la pérdida de las expresiones no verbales.

El desarrollo de la entrevista cualitativa depende de:

a. Saber preguntar.- El investigador debe conducir al sujeto no sólo a que diga lo que piensa y recuerda, sino lo que siente. El investigador debe saber sondear y profundizar, con preguntas extensas, que generen grandes discursos.

b. Saber escuchar.- El entrevistador debe atender; ser capaz de leer entre líneas; observar profundamente la conducta humana.

c. Saber detectar.- El investigador debe reconocer la riqueza de un tema durante la exposición del entrevistado; puede suceder que éste se refiera a aspectos que, antes de la realización de la entrevista, ni siquiera habían pasado por la mente del investigador mismo.

El principal objetivo del investigador, en el transcurso de una entrevista cualitativa, es mantenerse en sintonía con el entrevistado, a partir del uso de los respectivos turnos verbales, usando cambios de voz, expresiones y silencios, para favorecer el protagonismo del informante.

A manera de recomendaciones para un mejor desarrollo de la entrevista cualitativa, pueden considerarse las siguientes:

a. Se debe crear progresivamente un clima adecuado;
b. La información debe ser sobre todo unidireccional, favoreciendo al entrevistado;
c. El entrevistador debe contener sus emociones, no confundirse y tratar de adivinar intenciones en vez de conductas;
d. El investigador debe propiciar relaciones favorables;
e. No debe interrumpir, aunque el informante sea vago;
f. Al llegar al área de interés, el entrevistador d ebe reforzar gestualmente la intensidad comunicativa;
g. El investigador está siempre alerta;
h. Debe captar distorsiones, inexactitudes y contradicciones;
i. Debe mantener motivado al informante.

Para ello, lo mejor es tratarlo como persona, no como objeto de estudio, y mucho menos como trabajo.

La realización de una entrevista cualitativa lleva cierto tiempo. Para alcanzar un buen contacto, hace falta al menos una hora y media, que el entrevistador debe ganarse. Naturalmente ese tiempo varía, de acuerdo con la temática, la importancia o la confidencialidad que caractericen al tema o los temas de interés.

El entrevistador es el responsable de la entrevista; de pulir su puesta en escena y su realización. Además, cumple con una función de poder, pues él es quien define y formula la situación. Entre sus funciones se destacan:

a. Plantear con claridad las preguntas;
b. Recuperar los temas relevantes de su investigación;
c. Ajustarse a la realidad del entrevistado (vestuario, gestos, conductas, lenguaje); debe de controlar sus propias actitudes;
d. Orientar el éxito de la entrevista garantizando la empatía (ponerse en el lugar del otro);
e. Manifestarse abstraído, sin proyectarse;
f. Ser simpático, pero no condescendiente, cortés, pero no adulador;
g. Mostrarse inseguro (a veces es muy útil parecer idiota, sobre todo cuando se busca averiguar realidades que se suponen evidentes);
h. Hablar sólo con la autorización del informante;
i. Ser curioso y dispuesto a aprender.

Difícilmente se puede reducir el discurso a un solo patrón, y en un reporte final el investigador no sólo analiza el discurso del informante, sino que lo relaciona con el contexto en el que se produce. Por ello, se hacen estas recomendaciones:

a. En el análisis, el investigador repite el proceso de interpretación de la entrevista (expresión y representación);

b. Se debe recordar que el texto se produjo en una situación extraordinaria, que condiciona la comunicación;

c. Se debe atender a las diversas voces que se manifiestan en el discurso del entrevistado, pues a veces éste repite como propio lo que ha oído de otros;

d. Se centra, no en la verdad, sino en lo verosímil (creencias, dichos, fórmulas estereotipadas, prejuicios, opiniones);

e. Es útil relacionar los hechos con los argumentos o razones que postula el entrevistado;

f. Es útil también, construir cadenas de elementos significantes, que construyen el sentido.

El entrevistador reconstruye, en su informe una narración representativa del habla del sujeto, que muchas veces es construida socialmente, ya que todos tomamos algo de los demás para darle sentido al mundo en que vivimos. Schwartz y Jacobs22 proponen tres tipos de análisis:

  • Excavación o transcripción anotada.- Un análisis extenso de la entrevista total, para codificar un tema específico.
  • Análisis de la conversación (buscar y actuar).- Se buscan distintos datos para integrarlos en interpretaciones.
  • Inducción analítica – conversacional.- Se abstraen generalizaciones significativas a partir de sentimientos, valores y actitudes presentes en el texto.

En general, analizar significa construir categorías, ordenarlas de acuerdo a su importancia u oposición de cada una de ellas respecto a las otras. El resultado final es una narración sobre la narración del entrevistado; una reinterpretación arriesgada del investigador respecto a lo que interpreta el sujeto analizado.