Principios de organización
Los principios generales o básicos válidos para definir la organización de las empresas son:
– Unidad de mando. Cada empleado no debe tener más que un jefe y cada jefe tiene que saber exactamente quiénes son sus subordinados.
– Fijación de los objetivos. Se deben definir con claridad y precisión los objetivos que se pretenden alcanzar.
– Simplicidad. Se debe suprimir toda actividad que no sea necesaria, ya que cuanto más sencillo sea el trabajo a realizar, más fácil será llevarlo a la práctica.
– División del trabajo. Cada persona tiene que conocer cuál es el trabajo concreto que ha de realizar. Con la división del trabajo se consigue la especialización.
– Control. Se debe ejercer el control de los trabajos por un superior cualificado.
– Coordinación. Se deben coordinar las fases de trabajo que se han asignado a los diferentes empleados por un superior.
– Jerarquía. En la empresa se debe delimitar una línea jerárquica para saber en cada momento quién da una orden y quién debe ejecutarla.
– Funcionalidad. Cada persona ocupará aquel puesto para el cual esté mejor capacita-da.
– Responsabilidad. Cada persona es responsable de su trabajo. Esta responsabilidad será proporcional a sus atribuciones.
– Justicia. Se debe lograr que los ascensos o retribuciones se hagan con toda justicia y que exista lo que podríamos denominar proporcionalidad entre trabajo y salario, así como entre responsabilidad y consecuencias.
Los modelos de organización que predominan son la jerárquica y la funcional, aunque existen otros como staff and line, centralizada, matricial, etc.