Vostok

Primera astronave soviética con la cual Juri Gagarin y una serie de cosmonatutas después de él llevaron a cabo, a comienzos de los años 1960, los primeros vuelos espaciales en órbita terrestre.

La Vostok estaba constituida por una esfera de 2,3 m. de diámetro y un peso de 2.400 kg., en el interior de la cual había lugar para un cosmonauta, y por una sección cilíndrica aproximadamente del mismo peso, conteniendo los aprovisionamientos y los servicios.

En la parte exterior la esfera estaba recubierta por un escudo protector para resistir a las altas temperaturas producidas por el frotamiento, y por una superficie reflectora para evitar el sobrecalentamiento durante los períodos de exposición a los rayos solares.

La cabina ofrecía una buena climatización con una atmósfera artificial similar a la que respiramos en la Tierra a nivel del mar. La sección cilíndrica, que actuaba también de acople con la parte superior del misil destinado a poner en órbita la Vostok contenía los retrocohetes para frenar la carrera de la nave en la fase de retorno, los depósitos de propelente y los de gas necesarios para producir la atmósfera artificial.

En la fase de retorno a la Tierra el cosmonauta no permanecía en el interior de la cápsula, sino que era expulsado con todo su asiento y descendía con paracaídas. La astronave Vostok modificada en su parte interior, dio paso a la Voskhod, que transportó hasta tres cosmonautas.

En esta misión, Gagarin profirió su famosa frase: «La Tierra es azul«. Según los comentarios de los medios soviéticos, durante la órbita Gagarin comentó: «Aquí no veo a ningún Dios». Sin embargo, no hay ninguna grabación que demuestre que Gagarin pronunció esas palabras.

En cambio se sabe que fue Nikita Jrushchov que en cierto contexto dijo: «Gagarin estuvo en el espacio, pero no vio a ningún Dios allí». Luego estas palabras empezaron a ser atribuidas al cosmonauta. Lo que si se sabe con certeza es que el cosmonauta dijo desde el Vostok al orbitar la Tierra: «Pobladores del mundo, salvaguardemos esta belleza, no la destruyamos».