Introducción del poster científico

En algunos casos, sólo si la organización del congreso lo indica, se debe incluir en la cabecera un resumen del contenido del póster. Si no se da esta exigencia no se suele hacer esta introducción, pues ya la información del póster debe ser un resumen en sí de la comunicación.

Esta introducción ocupará, como mucho, una cuarta parte de la superficie que queda del póster una vez que hemos escrito la cabecera. Junto con el título, es fundamental para captar a los interesados.

Según Purrington (2004), su longitud no debe superar las 200 palabras. Esta introducción puede llevar:

  • Una brevísima revisión del tema con alguno de los antecedentes que justifiquen la elección del tema y su importancia teórica o práctica.
  • Justificación del motivo por el que hemos abordado ese trabajo.
  • Hipótesis y/o objetivos del trabajo.

Metodología o materiales y métodos

Son los procedimientos y recursos empleados para desarrollo del trabajo, describiendo como se llevó a cabo la experiencia y cómo se recogieron y analizaron los datos, es conveniente describir:

  • Las fases en las que se llevó a cabo la experiencia, incluyendo que variables se consideraron, estadísticos que se emplearon.
  • En caso de que se haya utilizado un laboratorio describir equipo que se empleó con las escalas de medida correspondientes y el ámbito donde se ha desarrollado.
  • Aportación fotográfica, figuras y esquemas que ayuden a enriquecer el trabajo facilitando la descripción y otorgando la credibilidad a los método y materiales empleados.

En esta sección se pueden omitir las pruebas estadísticas que se pueden exponer en los resultados. Salvo que estemos exponiendo un proyecto que aún no está concluido.

Resultados

En este apartado juegan un papel fundamental las figuras, tablas y gráficas que permiten la representación de los resultados de forma clara y efectiva. Para ello, es conveniente identificar bien las variables, rotular claramente los ejes y los detalles de las gráficas, así como las pruebas estadísticas.

Cuando mostremos fotografías, además de emplear sólo aquellas que expresen lo que queremos sin caer en reiteraciones, podemos emplear indicadores de escala (una mano, una persona, una moneda) para apreciar la relación de tamaño de los objetos que aparecen o flechas y otros añadidos para resaltar los detalles más importantes. La longitud aproximada, de nuevo según Purrington (2004), es de 200 palabras.