Pensar en pequeño

Apple anima a pensar a lo grande, pero a mantener todo lo demás pequeño. El tamaño de las reuniones es un buen ejemplo. El personal de Chiat/Day, por lo general, no tenía una agenda formal. Compartían el trabajo que tenían con Steve y él compartía sus novedades. La lista de invitados a la reunión era reducida.

Por el lado de la agencia estaban los creativos, el director de cuentas y el director de medios. Por el lado de Apple estaban Steve, Phil Shiller (marketing de producto), Jony Ive (diseño), Allen Olivo (comunicaciones de marketing) y Hiroki Asai (creativo de Apple). Al darse cuenta de su presencia, le preguntó quién era. Un día apareció una mujer que Steve no conocía y a la que habían pedido que asistiera porque había participado en algunos de los proyectos de marketing que se iban a discutir. Tras escuchar su explicación, simplemente le dijo que no la necesitaban en esa reunión y, como si nada, prosiguió con su intervención.

Lo que esta persona experimentó fue resultado del riguroso sistema de reglas basadas en la simplicidad: empezar con pequeños grupos de personas inteligentes y mantenerlos pequeños.

El principio del grupo reducido está profundamente arraigado en la religión de la simplicidad de Apple. Es fundamental para su éxito y clave para cualquier organización que quiera fomentar el pensamiento de calidad.

Las reuniones son una forma necesaria e importante de conseguir un progreso colaborativo. Pero todos sabemos que demasiadas reuniones innecesarias y superpobladas pueden privar a las personas más brillantes de su energía creativa.

Fuente: Libro Increíblemente simple por Ken Segall