Cómo prepararse para la gestión del cambio
Para empezar, es conveniente contar con un plan que cubra al menos los primeros noventa días. En ese sentido, existen algunas estrategias que podemos adaptar a nuestras necesidades y que nos pueden ayudar a prepararnos para el nuevo puesto:
- Empezar desde cero. Renunciar a la vieja mentalidad. Dejar de creer que lo que funcionó ayer funcionará también hoy. Hay que divorciarse del pasado.
- Acelerar nuestro aprendizaje en el trabajo. Tratar de entender cuanto antes los mercados, productos, tecnologías, sistemas, partes involucradas, políticas y cultura de la empresa. Revisar los planes operativos, los datos sobre el rendimiento y los historiales personales. Hablar individualmente con todos los miembros del equipo.
- Diagnosticar correctamente los retos de la empresa. Sus fuerzas, debilidades, oportunidades y amenazas para comprender por qué debe cambiar de curso.
- Ganar puntos cuanto antes. Destacarse temprano aumenta nuestra credibilidad y crea la sensación en nuestro equipo de que se les lleva en la buena dirección. Hay que definir las prioridades, las áreas problemáticas y concentrarse en las formas de mejorar la empresa y sus resultados, y no olvidar que nuestras actuaciones tempranas pueden suponer un “efecto dominó” sobre cómo nos perciben los demás.
- Coordinar. Asegurarse de que la estructura organizativa, sistemas y habilidades de los subordinados sean los óptimos para lo que pretendemos lograr.
- Crear coaliciones. Descubrir quiénes son nuestros partidarios, nuestros adversarios y a quiénes necesitamos convencer.
- Mantener el equilibrio. Reservar tiempo para el trabajo duro y mantener el equilibrio entre la vida personal y profesional.
- Acelerar. Ayudar a los demás a que se acostumbren a nuestro ritmo de trabajo y expectativas.
Fuente: Libro “La verdad sobre la gestión del cambio” por William S. Kane