Evitar la sobrecarga de información
A pesar de que la comunicación es una de las herramientas clave para la optimización del rendimiento organizacional, los directivos deben ser conscientes de los potenciales efectos negativos de la sobrecarga de información.
Las personas tienen una capacidad limitada para procesar la información que se les transmite. Si se interrumpe, inunda y sobrecarga constantemente con información a los empleados, éstos responderán bien con multitasking, bien intentando “apañárselas” como puedan, con el consecuente descenso de sus estándares de trabajo. Las dos opciones son igual de malas.
En un estudio reciente se ha demostrado que un empleado medio pierde hasta 10 puntos en un test de inteligencia si intenta realizar simultáneamente varias tareas. A esto hay que añadirle el coste en tiempo y energía de reanudar la tarea inicial interrumpida y el estrés acumulado. En el segundo caso, el empleado intentará no trabajar más de lo estrictamente necesario, atenderá sólo a lo prioritario o ignorará la sobrecarga sin realizar ningún cambio.
El resultado de ambas estratagemas no será otro que la bajada de la productividad, malas decisiones y una mayor cantidad de errores. Hay que intentar transmitir los cambios en la estrategia y la táctica de la manera más simple, centrada y digerible posible. La coordinación y el establecimiento de prioridades son aquí imperativos.
Fuente: Libro “La verdad sobre la gestión del cambio” por William S. Kane