Hacer que cada empleado se sienta como nuestro único empleado, los directivos ideales saben que, mientras la contribución de cada persona puede variar, cada miembro del equipo es importante y único en sus valores, actitudes y creencias.
Para tender puentes dentro de nuestro equipo debemos tener una mente abierta y ser objetivos al apreciar las contribuciones y la historia personal de todas las partes, hay que conseguir que cada uno se sienta importante y tratado con respeto. Para ello resulta conveniente:
• Tratar a cada miembro del equipo de una manera adulta, como personas capaces de evaluar y compartir el riesgo.
• Ser consciente de las diferencias culturales: en las culturas asiáticas, por ejemplo, el “sí” a menudo significa “comprendo” y no “estoy de acuerdo”.
• Respetar que las personas tengan diferentes preferencias en cuanto al estilo de su trabajo.
• Fomentar la “cultura de la integración”, abierta a diversos estilos, ideas y perspectivas.
• Reconocer a cada persona su contribución y explicarle por qué es imprescindible para la empresa.
Fuente: Libro “La verdad sobre la gestión del cambio” por William S. Kane