Clasificar efectivamente nuestro tiempo
Son dos factores los que determinan la manera en que pasamos el tiempo: lo urgente y lo importante. Una vez sepamos esto, podemos empezar a clasificar nuestro tiempo y actividades en cuatro categorías principales:
1. Lucha contra incendios (actividades urgentes e importantes).
- Prevención de incendios (actividades importantes).
- Falsas alarmas (actividades urgentes).
- Escaleras de incendios (actividades que no son ni urgentes ni importantes).
Cada una de estas categorías nos ayudará a planificar mejor el tiempo y a alcanzar las metas que nos hemos fijado.
Lucha contra incendios. Cuando luchamos contra un incendio, estamos reaccionando ante el mundo que nos rodea, como cuando el teléfono no deja de sonar, o nuestro jefe está furioso y exige acción, o las líneas de producción no dejan de disminuir, o los niños no paran de llorar.
Si esto nos suena familiar y creemos que pasamos mucho tiempo haciéndolo, es probable que se deba a que no establecemos nuestras prioridades de forma eficaz. La cuestión es si estamos dedicando nuestras energías a las actividades adecuadas que contribuyen a que alcancemos nuestras metas.
Prevención de incendios. Cuanto más tiempo pasemos previniendo incendios, menos tendremos que pasar apagándolos y ocupándonos de cosas urgentes e importantes. Esto es debido a que planificamos, nos preparamos, innovamos y atajamos los problemas antes de que se conviertan en infiernos desatados. Estos conflictos no dependen de que nos involucremos y les hagamos frente. Tenemos que actuar primero para anticiparnos.
Falsas alarmas. Las falsas alarmas son engañosas: parece que lo que está sucediendo es urgente, debido al ruido de emergencia y pánico que emite la gente, pero el problema suele ser un asunto urgente solo para ellos.
Escaleras de incendios. En las escaleras de incendios nos dedicamos a hacer cualquier cosa, como estar junto a la máquina de café, limpiar la casa o alguna otra distracción o excusa fácil. Es como estar colocando de nuevo en su sitio las tumbonas de cubierta, mientras el Titanic se hunde…
Fuente: Pensamiento líquido por Damian Hughes