Fuentes artificiales de iluminación
El flash electrónico
El flash electrónico soluciona los problemas ocasionados al fotografiar en condiciones de luz precarias. Puede utilizarse, también, como luz de relleno. Los falsees portátiles van equipados, en su mayoría, con una célula fotoeléctrica o censor que mide la luz reflejada e interrumpe el destello cuando el sujeto ya ha recibido la cantidad precisa de luz. El destello pierde intensidad rápidamente: a seis metros, el flash ha de cubrir cuatro veces el área que ilumina a tres metros. Muchas cámaras compactas y algunas SLR vienen con un flash incorporado. La ventaja es que éste siempre está listo para su uso; el inconveniente es que, al no poder separarse del cuerpo de la cámara, corre el peligro de ocasionar el efecto de los llamados “ojos rojos”.
El flash de relleno
El flash de relleno abre una amplia gama de posibilidades fotográficas: supone una alternativa a los silueteados de los contraluces, soluciona la cuestión de las sombras duras en los días muy soleados, y recupera el detalle en las sombras que, de otra manera, quedarían sin texturas. Las cámaras automáticas van equipadas con un tipo de flash adecuado para este uso. Si tanto la cámara como el flash son automáticos, ambos se sincronizan a la velocidad de obturación correcta. A medida que la tecnología avanza, más y más cámaras incorporan la función del flash de relleno. Con la exposición fijada de acuerdo con la luz ambiental, este mecanismo encuentra, rápidamente, la forma de equilibrar el destello del flash y la luz de día.
La iluminación de estudio
La mayor parte de los falsees de estudio incorporan una luz de modelaje de tungsteno que sirve para ver el efecto que producirá el destello del flash. El de rejilla, un foco de aproximadamente 0,5 x 1m, es muy practico para los bodegones. Una versión mayor del flash de rejilla, la ventana, es lo suficientemente grande como para iluminar de forma difusa y homogénea a un grupo numeroso de personas. Las unidades alargadas constan de tubos de flash de 1,5 m de largo y se utilizan para iluminar los fondos de estudio. Las fuentes de alimentación de un estudio suelen ser unos condensadores a los que se pueden conectar varias unidades o unos falsees compactos que unen foco y condensador en una sola pieza.
Fluorescentes y luz de tungsteno
Tanto los fluorescentes como la luz de tungsteno tienen un marcado efecto sobre el color de las películas de luz de día. Para establecer los tonos originales utilice, con la luz de tungsteno: una película adecuada a la iluminación, una de luz de día con un filtro 80B o realice las fotografías con flash. Los fluorescentes producen una luz dominante verdosa que se puede corregir con la ayuda de filtros. La clase que emplee depende del tipo y antigüedad del tubo fluorescente, pero un filtro 10-30CC magenta (de corrección de dominantes) debería ser suficiente.
Velas y luces extrañas
Desde la llegada de las películas ultrarrápidas con grano relativamente fino (1.000-1.600 ASA), ya no es problema realizar fotografía a la la luz de las velas. Incluso con emulsiones lentas (25-64 ASA), las velocidades de obturación hasta de ¼ de segundo son suficientes, combinadas con un diafragma abierto y la utilización de un trípode, para garantizar resultados. Efectué la lectura sobre el sujeto, no sobre la llama. Asegure la exposición para conseguir diferentes ambientes. La luz de las velas es muy favorecedora ya que suaviza las arrugas. Los cirios pueden constituir la única fuente de iluminación si el sujeto esta lo suficientemente cerca, pero también se pueden combinar con falsees electrónicos y con luz de tungsteno para crear determinados efectos.
Si experimenta con distintos tipos de películas y con diferentes fuentes luminosas (tales como farolas, lámparas de mesa o fluorescentes) pueden lograr tonos inusuales y multitud de ambientes. La de neon es una luz intensa; la de tungsteno, cálida; la de fluorescente crea una dominante verde o cyan. Los escaparates pueden resultar muy fotogénicos, especialmente durante la noche, cuando la película de luz de día produce una atmósfera cálida. Utilice un gran angular y apóyelo en el cristal. Además de evitar los reflejos, así asegura que el objetivo está en posición vertical. También sirve para mantener la cámara fija durante las exposiciones largas y prevenir el rebote de la luz del flash sobre el mismo.
Fuente: Apuntes Laboratorio Fotografía en Blanco y Negro de la U de Londres