Subsistema de despliegue y el tubo de rayos catódicos
El tubo en sí es un recipiente sellado de vidrio con un cañón de electrones y un sistema de deflexión montado dentro del tubo en un extremo y una pantalla fluorescente en el otro. Se evacúa el aire del tubo, que queda al alto vacío. Se necesita este alto vacío.
La función del cañón es producir el haz de electrones. Algunos de esos electrones pasan a través de un pequeño agujero en la rejilla de control de intensidad que rodea al cátodo. La intensidad del punto de luz que se produce donde el haz de electrones choca con la pantalla fluorescente depende del número de electrones en dicho haz.
Después de dejar el cañón de electrones, el haz enfocado y acelerado pasa entre dos placas deflectoras. Si no hay diferencia de voltaje entre las placas, el haz continúa directamente y llega a la pantalla fluorescente en su centro. Si hay una diferencia de potencial entre uno o ambos conjuntos de placas, el haz se desviará de su trayectoria recta.
Se colocan los dos conjuntos de placas deflectoras perpendiculares entre sí de modo que puedan controlar en forma independiente el haz tanto en la dirección horizontal como en la vertical.
La pantalla fluorescente del tubo de rayos catódicos está cubierta de fósforo, en el punto donde el haz de electrones llega a la pantalla, este material emite un punto de luz visible.
El tiempo que tarda la intensidad del punto para disminuir al 10 por ciento su brillantez original se llama la persistencia del fósforo.
Cuando un haz de electrones llega a la pantalla se genera tanto calor como luz. El efecto, 90 por ciento de la energía del haz se convierte en calor y sólo 10 por ciento en luz visible.
La retícula es el conjunto de líneas horizontales y verticales inscritas en forma permanente en la cara del tubo de rayos catódicos. Esas líneas permiten que se mida visualmente la onda mostrada contra un conjunto de escalas verticales y horizontales.
Fuente: Apuntes de la materia de Electrónica básica del Instituto Tecnológico de la Paz