Los plaguicidas
Los plaguicidas del grupo del DDT (dicloro difenil tricloroetano) fueron considerados como uno de los grandes descubrimientos del siglo XX, ya que resultaban baratos, fáciles de utilizar y constituían venenos muy eficaces para combatir insectos, microorganismos, roedores, etc. El DDT, por ejemplo, es efectivo contra cualquier tipo de insectos.
Sin embargo, en fechas recientes se ha realizado una campaña contra el empleo del DDT, ya que su uso presenta tres grandes desventajas:
- son venenos universales
- se degradan muy lentamente, y
- son solubles en la gra
- Los insecticidas del grupo DDT también afectan a peces, aves, invertebrados y mamíferos, además de los insectos.
Por si esto fuera poco, no pueden destruirse por medios naturales en el medio ambiente, lo que causa una estancia muy larga en éste sin sufrir degradación, mucho tiempo después de haberlos empleado.
Por último, los insecticidas se acumulan en el tejido graso de los organismos; por ejemplo, se dice que los estadounidenses presentan en su tejido graso 12 ppm de DDT (es decir, 12 miligramos por litro).
A continuación te presentamos algunas recetas caseras para combatir o alejar insectos, sin tener que emplear insecticidas del tipo DDT:
- La hierbabuena aleja a las hormigas.
- El ajo y la cebolla retiran a las arañas y escarabajos.
- El pericón aleja a diversos insectos.
- El polvo de tabaco y los residuos de las cáscaras de huevo cocido protegen a las plantas de otras plagas en nuestras macetas.
En el jardín, intercala entre tus plantas cultivos de albahaca, orégano, cebolla, ajo, mastuerzo, cilantro, perejil, pericón, etc. Estas plantas alejan las plagas de insectos de nuestros cultivos.
Si queremos evitar picaduras de insectos, podemos recubrimos la piel con aceite para bebé o gotas de limón.