Limpieza magnética
En su forma más sencilla se lleva a cabo dejando caer el producto a limpiar sobre uno o más imanes situados casi siempre en la montura de las cintas transportadoras. Se utilizan tanto imanes permanentes como electroimanes, siendo estos los más adecuados para la limpieza de los alimentos, ya que las partículas metálicas adheridas se eliminan fácilmente cortando la corriente.
Los electroimanes son mucho más caros que los imanes permanentes y presentan el riesgo continuo de fallo de la corriente.
Los separadores de esa clase suelen ir seguidos de un detector electrónico de metales que controla la presencia de partículas ferruginosas. Estos detectores producen un campo magnético-eléctrico potente a través del cual pasan los alimentos.
La presencia de una partícula metálica de forma este campo siendo amplificada la deformación, activando la señal resultante un sistema automático de reyección. También detectan otras clases de partículas extrañas como cemento, piedras, grasa carbonizada y metales impregnados de grasa.
Fuente: Apuntes de Industrialización de frutas y hortalizas de la UNIDEG