Inserción del desarrollo de potenciales en el proceso de integración educativa

La declaración de Salamanca (1994) postula que «las escuelas normales con una orientación inclusiva son los medios más efectivos de combatir las actitudes discriminatorias, creando comunidades de bienvenida, construyendo una sociedad inclusiva y alcanzando la educación para todos; además, ofrecen una educación efectiva para la mayoría de los niños y mejoran la eficiencia y, en último término, la eficacia de todo el sistema educativo».

Cuando nos referimos al fenómeno sobresaliente resulta difícil pensar que existan niños excluidos por presentar características sobresalientes; sin embargo, habitualmente, cuando se habla de necesidades educativas especiales, suele considerarse sólo a los sujetos que presentan deficiencias o carencias por tener sus capacidades «hacia abajo» de la norma, ignorando a aquellos sujetos que tienen necesidades educativas especiales (NEE) precisamente por situarse «por arriba» de la norma; la exclusión consiste en no entender y atender dichas necesidades.

Hablar en términos de NEE supone también considerar la diversidad en cuanto a los requerimientos que implica ser diferente, sea ésta en función de los intereses, motivaciones, capacidades, experiencias, conocimientos previos, estilos o ritmos de aprendizaje.

Sin olvidar estos principios, pero enfocando por un momento el desarrollo de las potencialidades, y partiendo del supuesto de que todos los sujetos son potencialmente sobresalientes y que requieren condiciones específicas que les permitan desarrollar al máximo sus capacidades, propongo que el fenómeno sobresaliente conlleva NEE, y que éstas no se centran exclusivamente en el propio sujeto, sino que la intervención educativa debe tomar en cuenta los factores que están involucrados en el ámbito escolar (carácter interactivo) (Hernández y Ramírez, 1998).

Autor: Gabriela Ma. Hernández Arthur
Fuente: Revista educar del estado de Jalisco