Moléculas interestelares
En los años 1930 los astrofísicos descubrieron que las nubes de gas y polvo interestelares están pobladas no sólo por átomos de elementos simples, sino también por moléculas. A partir de los años 1960, observaciones tanto ópticas como radioastronómicas permitieron la localización de moléculas interestelares complejas, tanto inorgánicas como orgánicas: agua amoniaco, formaldeidos, alcohol etílico.
Las especies moleculares diferentes determinadas hasta ahora son más de cincuenta se encuentran concentradas en algunas nubes que rodean estrellas en formación, como la famosa nebulosa de Orión. Su presencia indica una química interestelar relativamente compleja, de la cual hasta hace algunos decenios no se sospechaba su existencia.
Parece que los granos de polvo interestelar de apenas unas décimas de micra ofrecen a los átomos la posibilidad de unirse para dar vida a las moléculas complejas y, al mismo tiempo, constituyen una especie de escudo protector contra las radiaciones de todo tipo que, de lo contrario, romperían las cadenas moleculares recién formadas.
Según otro punto de vista, en cambio, las moléculas orgánicas complejas, en lugar de ser el resultado de uniones a partir de moléculas más simples, serían la materia bioquímica producida por microorganismos vivos en las nubes interestelares.