Envasado y almacenamiento de productos deshidratados
En el supuesto de que los alimentos deshidratados sean envasados correctamente y protegidos del oxígeno, la humedad y la luz, se puede conseguir una buena vida útil de 1 a 2 años. Los guisantes secados por aire son especialmente sensibles a la luz y deben protegerse de ella. La reconstitución total de los guisantes es a menudo bastante lenta, especialmente después de largos períodos de almacenamiento.
Las zanahorias deshidratadas son muy sensibles al oxígeno y si no se las protege por inmersión en almidón pierden rápidamente el color y desarrollan un olor a violetas dentro de los seis meses de almacenamiento a granel. Se consigue una prolongación de la vida útil en atmósferas con alta concentración de nitrógeno a temperaturas por debajo de 4°C. Los productos de cebolla deshidratada son higroscópicos y deben estar protegidos del aire durante su almacenamiento a granel y por esto es normal su mantenimiento en contenedores herméticos con nitrógeno.
Los repollos deshidratados son también difíciles de almacenar debido a que absorben rápidamente humedad. A menudo se comprimen en bloques para facilitar el manejo. Los productos de patata deshidratada exigen un alto grado de protección. Para uso doméstico son muy empleados laminados plásticos con aluminio. Puede decorarse de forma atractiva y si se hace un envasado adecuado se consigue una buena conservación.
Los productos del tomate necesitan un cuidadoso envasado aunque generalmente se preparan a granel en un contenedor que contiene un desecante interno. Las frutas de elevada humedad necesitan poca protección, en cambio los productos de baja humedad (tales como rodajas de manzana) requieren un envasado cuidadoso porque son muy sensibles.
Fuente: Apuntes de Industrialización de frutas y hortalizas de la UNIDEG