Acuerdos internacionales para el desarrollo sustentable
Hasta principios de los años setenta se encuentran las primeras referencias sobre la relación existente entre medio ambiente y desarrollo. En 1972, en Estocolmo, Suecia, se celebró la primera reunión mundial sobre medio ambiente durante la Conferencia sobre el Medio Humano, en la cual participaron representantes de 113 naciones.
La conferencia recogió las principales ideas y planteamientos, no compartidos por todos los países industrializados y por casi ninguno de los países en desarrollo. En esa conferencia se reconocieron muchos de los problemas ambientales y se examinó su relación con las políticas económicas y de desarrollo.
De igual manera, se aprobaron una serie de recomendaciones que dieron pie a que los países que aún no habían iniciado programas de protección al ambiente comenzaran a diseñar políticas con dicho objetivo.
En 1983, la Organización de las Naciones Unidas estableció la Comisión mundial sobre el medio ambiente y el desarrollo.
Cuatro años más tarde salió a la luz el reporte de dicha comisión; Nuestro futuro común, también llamado informe Brundtland, en el cual se describen los peligros derivados de un desarrollo no sustentable esto es, prácticas que no hacen compatible la conservación de: ambiente y el aprovechamiento racional de los recursos naturales.
El concepto de desarrollo sustentable presentado en 1987 por el informe Brundtland estuvo inspirado en ideas de biólogos y economistas pero sin la debida articulación entre todos los aspectos y vertientes del desarrollo.
Sin embargo, el concepto aún no acabado ni definido con precisión fue adoptado en Río de Janeiro como pieza angular, «Es desarrollo sustentable aquel que se lleve a cabo sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades»
Posteriormente, se solicitó a la Asamblea General de Naciones Unidas que convocara a una conferencia internacional «para examinar el progreso logrado y promover arreglos complementarios… para establecer indicadores y mantener el progreso humano conforme a las directrices que sugieren las necesidades humanas y las leyes ambientales».
La Comisión «advertía” en su informe, que la humanidad debía cambiar los modos de vida y de interacción comercial si no se deseaba la venida de una era con inaceptables niveles de sufrimiento humano y degradación ecológica.
El desarrollo sustentable supone una política a largo plazo que deberá atender las necesidades presentes sin comprometer la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras, en función de los recursos naturales disponibles, con niveles menores de contaminación de suelos, aguas y atmósfera, y encaminada al mejoramiento de la calidad de vida del ser humano y el hábitat que lo rodea.
El desarrollo sustentable, entendido como política, deberá ser implantado a nivel global, nacional y regional y deberá descansar en la equidad distributiva. Por eso, para los países en desarrollo se trató de una conferencia de justicia, promotora de la reducción de las desigualdades entre el mundo desarrollado y en desarrollo.
En 1989, la ONU inició los trabajos de planificación de la Conferencia sobre el medio ambiente y el desarrollo en la cual se trazarían los principios para alcanzar un desarrollo sustentable. Durante dos años, numerosos expertos se dedicaron a concertar acuerdos para allanar el camino hacia Río de Janeiro, al igual que miles de miembros de ONG, grupos de empresarios, científicos y grupos indígenas colaboraron en la organización de la cumbre.