Cómo plantar un árbol
Una vez seleccionado, el árbol debe transportarse adecuadamente para no dañar sus partes vitales: tallo, ramas, hojas y raíces.
En el momento de adquirirlo, es importante consultar si requiere pleno sol, media sombra, mucha agua, suelo fresco, arenoso, etcétera.
Cuando se ha elegido el sitio para plantar el árbol, es conveniente conservarlo de tres a cinco días fuera de la cepa a fin de que se habitúe a su nuevo lugar. Es recomendable que no esté bajo los rayos directos del sol; además, deberá regarse continuamente para que no resienta el cambio del vivero al sitio de siembra.
El tamaño de la cepa donde se plantará el árbol, guarda una relación directa con su edad, tipo de raíz y suelo, principalmente. Conviene abrirla unos 15 días antes de la plantación. Llenarla de agua unas tres veces ayudará a humedecer el entorno de la cepa y permitirá su aireación.
Antes de la plantación, es indispensable quitar la bolsa, maceta o recipiente que lo contenga ya que este material impediría su pleno desarrollo. También se requiere colocar el árbol dentro de la cepa, y cuando sea necesario, hay que recortarle las raíces para que éstas queden holgadas dentro de ella. Después, desmoronar un poco de tierra pegada a las raíces ayuda a mejorar el contacto con el suelo circundante.
Para finalizar, se debe efectuar un ligero pisoneo para apretar un poco la tierra. Al plantar un árbol junto a otro ya desarrollado es muy útil conocer su especie y tamaño definitivo, a fin de separarlo suficientemente para evitar la competencia por agua, luz, aire y nutrimentos.