Facilitadores de las relaciones humanas

La complejidad de las relaciones humanas nos plantea la necesidad de enfrentarlas a la luz de una referencia viable, como es la aplicación de ciertos principios básicos de comportamiento propio que faciliten el establecimiento de relaciones equitativas y armoniosas:

1. Permitir que todas y todos expresen con libertad sus opiniones.
2. Escuchar con atención sus razonamientos antes de exteriorizar los propios, lo que no necesariamente implica que sean contrarios a los nuestros.
3. Entablar el diálogo.
4. Participar en el establecimiento de un ambiente favorable para llegar a acuerdos y consensos.
5. Respetar y validar a las y los otros.
6. Reconocer el derecho a existir de los otros.

Tomando en cuenta estos principios básicos, podemos intentar mejorar, mantener o propiciar el establecimiento de relaciones humanas armónicas.

Por supuesto que es importante también observar algunos detalles de nuestra convivencia cotidiana:

La incomprensión y la comunicación no efectiva entre las personas, provoca situaciones de crisis y conflictos en la convivencia que pueden derivar en serios obstáculos para el establecimiento de relaciones armónicas y productivas.

Analicemos nuestra participación en nuestras relaciones, de manera sincera, honesta y auténtica y reflexionar antes de justificar, culpar o responsabilizar a los demás.

Recordar que cada cual es responsable de sí mismo, de sus pensamientos, actitudes, conductas, de sus emociones y sentimientos; cada cual decide qué hacer y cómo manejarse con respecto a ellos. Nadie puede, ni debe decirnos qué cambiar, ni cuándo, ni en qué forma.

– No es válido tratar de “convencer” a los otros de que cambien, según nuestros propios parámetros, porque consideremos que “están mal”.
– Saber escuchar nos permite una participación asertiva con las demás personas.
– Ser respetuosos y validar a las personas, nos hace participar activamente de nuestro crecimiento y el de los otros.
– Respetar las opiniones de los demás implica reconocer su condición de persona y también validamos la nuestra, aceptando que nuestra verdad no es absoluta.

El propósito final de las relaciones humanas, consiste en facilitar procesos de crecimiento, en los que la interacción e intercambio enriquecen el desarrollo de cada individuo.

Fuente: Taller de Sensibilización de la Secretaria de Salud