Hábitos de la gente altamente efectiva
Los siete hábitos de la gente altamente efectiva son:
Hábito de la proactividad. Como seres humanos tenemos la libertad de escoger nuestra respuesta a los estímulos. Cada individuo asume su responsabilidad con respecto a cómo decide responder a la vida.
Comenzar con un fin en mente. Este hábito hace posible que nuestra vida tenga razón de ser, pues la creación de una visión de lo que queremos lograr permite que nuestras acciones estén dirigidas a lo que verdaderamente es significativo en nuestras vidas.
Poner primero lo primero. Nos permite liberarnos de la tiranía de lo urgente para dedicar tiempo a las actividades que verdaderamente dan sentido a nuestras vidas.
Pensar en ganar/ganar. Permite desarrollar una mentalidad de abundancia material y de conciencia. Cuando establecemos un balance entre nuestros objetivos y los objetivos de los demás podemos lograr el bien común.
Buscar comprender primero y después ser comprendido. Es la esencia del respeto a los demás. La necesidad que tenemos de ser entendidos es uno de los sentimientos más intensos de todos los seres humanos. Este hábito es la clave de las relaciones humanas efectivas y posibilita llegar a acuerdos de tipo ganar/ganar.
Sinergizar. Es el resultado de cultivar la habilidad y la actitud de valorar la diversidad. La síntesis de las ideas divergentes produce ideas mejores y superiores a las ideas individuales. El logro del trabajo en equipo y la innovación son el resultado de este hábito.
Afilar la sierra. Renovación. Es usar la capacidad que tenemos los seres humanos para renovarnos física, mental y emocionalmente. Es la que nos permite establecer un balance entre todas las dimensiones de nuestro ser, a fin de ser efectivos en los diferentes roles que nos toca jugar en nuestras vidas.
Las personas con hábitos de efectividad son las piedras angulares para formar equipos altamente efectivos, es por esto que el desarrollo de estos hábitos a nivel personal constituye la base para la efectividad del trabajo en equipo que implica una interacción efectiva y afectiva.
De esta manera, se reafirma constantemente el compromiso con los valores y principios que rigen al equipo y se renueva la misión de ser necesarios en cada integrante del mismo.
Es importante el reconocimiento, tanto de las tareas como de la persona que las ejecuta para garantizar un alto grado de compromiso y sentido de pertenencia y aceptación de cada integrante como parte valiosa del equipo.
Fuente: Taller de Sensibilización de la Secretaria de Salud