La técnica de meditación

Bien, ahora si vamos a echar un vistazo con más pormenores a como se debe realizar la técnica de meditación de la risa propiamente dicha. Como van a ver, no es demasiado complicada ni necesita de demasiada preparación.

  • Ni bien nos levantamos, debemos estirar todo el cuerpo, cada músculo, cada célula, como hacen los gatos.
  • Luego de algunos momentos de estar estirándonos, cuando ya el cuerpo se ha sacado de encima ese particular agarrotamiento que suele tener a la mañana (y, además, cuando ya no se desespera por volver a acostarse), empezamos a reírnos. Tan simple como eso. Empezamos a reírnos.
  • Puede ser que al principio necesitemos forzarnos un poco. Para eso, podemos empezar con alguna risa impostada, falsa, como la de Papa Noel o algo así. Eventualmente, empezaremos a reírnos de verdad, de forma natural, con una risa que saldrá desde nuestro interior. Esta puede estar generada, en parte al menos, por la gracia (y el sentimiento de ridículo) que nos va a causar el estar haciendo una risa totalmente extraña y falsa, tan solo para forzarnos a reír.
  • Seguimos riéndonos durante unos cinco minutos, de la misma forma, sin ninguna razón verdadera, simplemente riéndonos por el bienestar de reírnos.
  • Esta técnica la deberíamos repetir a la noche, justo antes de irnos a acostar o cuando ya estamos a punto de dormir (sin la parte del estiramiento, por supuesto).
  • Se puede, además, trabajar con esta técnica en cualquier momento y lugar. Probemos, por ejemplo, en el auto, en los semáforos o si estamos atrapados en el trafico. Veremos como unos pocos segundos ya hacen que nos sintamos muchísimo mejor.
  • La ducha es otro excelente lugar para reírnos con muchísimas ganas.
  • En cuanto probemos una vez esta técnica nos daremos cuenta de que bien que nos hace, sentiremos los cambios en nuestra energía y en el estado de ánimo que tenemos.
  • Otra buena idea que puede ayudarnos a empezar es ayudar algún tipo de grabación de risas como fondo, para impulsarnos a sacar la risa interna.
  • Luego de un tiempo ya no necesitaremos forzarnos en lo más mínimo, ya que el cuerpo y la mente se adaptan a la situación y empiezan a esperar esa dosis diaria de risa y toman el control, haciendo que no necesitemos de ningún motivo para entrar en la técnica de meditación.

La risa es una de las formas más simples para liberar la mente, para sacarle de encima esos problemas y esas circunstancias que la pegan excesivamente al plano de lo físico y no le permiten tener un vuelo propio. La capacidad de reírnos nos permite ser más creativos, más carismáticos, más saludables, más ocurrentes. En fin, nos permite estar más vivos y, especialmente, ser capaces de disfrutar más de la vida.

Como camino, nos permite relajarnos y disfrutar. Como ejercicio, nos permite superarnos cada vez un poco más. Se puede hasta reír hasta llegar a la iluminación. Y eso no es poca cosa.

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