Estructura típica de una bacteria
El esquema 2 nos presenta la estructura típica de una bacteria donde se distinguen:
– Núcleo.
– Citoplasma.
– Membrana citoplasmática.
– Pared celular.
– Cápsula.
– Flagelos.
El núcleo es la parte central y su misión es controlar la vida y reproducción de la bacteria. Con-tiene toda la información genética que se transmitirá a las nuevas células que se formen. Unas veces lleva una membrana protectora y otras está simplemente contenido en el interior del citoplasma sin una separación total. El núcleo está constituido por el protoplasma.
El citoplasma rodea al núcleo y tiene una consistencia semilíquida, estando formado por proteínas, almidón, grasas, enzimas, sales, etc. Las funciones metabólicas de la bacteria tienen lugar en el citoplasma, que necesita absorber sustancias nutritivas del medio que le rodea y expulsar los productos de sus transformaciones. Esto se hace a través de la membrana citoplasmática. Para proteger esta membrana, las bacterias tienen una pared celular, que, a su vez, en ocasiones, está incluida dentro de una cápsula de gruesas paredes y de estructura más rígida.
Como se aprecia también en el esquema 2, las bacterias pueden ir provistas de flagelos, que les sirven para moverse en los medios líquidos.
Estos flagelos son como protuberancias citoplasmáticas, parecidas a pelos y cuyo número y longitud depende del tipo de bacteria. Su distribución también puede variar. Pueden estar por toda la superficie, sólo en un extremo o en ambos extremos.
Su velocidad de desplazamiento es variable y oscila entre una a 20 veces la longitud de su cuerpo por segundo. Como ejemplo de rapidez podemos citar la bacteria del cólera, que se mueve hasta 30 veces la longitud de su cuerpo por segundo.
División de una bacteria (cortesía de Tetra Pak Iberia).
Fuente: Apuntes de Industrialización de productos lácteos de la UNIDEG