Descripción de los diferentes componentes
Como se habrá podido observar, una máquina de ordeñe está formada por tres sistemas fundamentales:
– Sistema de vacío.
– Sistema de pulsación.
– Sistema de leche
El sistema de vacío es la fuente de energía de la máquina de ordeño y está formado por los siguientes componentes:
– Bomba de vacío.
– Regulador.
– Vacuómetro.
– Interceptor.
– Depósito sanitario.
– Tubería de conducción de aire.
– Grifos de vacío.
– Válvulas de drenaje.
Las bombas de vacío, generalmente, son de tipo rotativo con el rotor montado excéntricamente, sobre rodamientos flotantes para que pueda desplazarse axialmente de forma que el espacio existente entre él y el cuerpo de la bomba quede dividido automáticamente en partes iguales. Por esta razón, el eje debe estar montado horizontalmente, sin carga axial.
El rotor está equipado con cuatro paletas alojadas en ranuras radiales. Las paletas están fabricadas con grafito en el caso de bombas seca y de fibra sintética en el de bombas lubricadas para que se produzca poco desgaste en el cuerpo de la bomba.
En él caso de bombas lubricadas, el lubricador es de tipo capilar para regular la entrada de aceite a los rodamientos y al cuerpo de la bomba, pudiendo ajustar exactamente la cantidad de aceite necesario para que el consumo sea bajo y haya poco arrastre por el aire que expulsa la bomba.
La bomba de vacío está equipada con un tubo de escape con silenciador, que lleva incorporado un sistema deflector para separar el aceite arrastrado por el aire expulsado. Finalmente, algunas bombas van equipadas con una válvula de retención para evitar que giren en sentido contrario cuando se para el motor. En caso de que la bomba no esté equipada con este dispositivo, deberá colocarse un grifo o válvula que permita la entrada de aire en la instalación antes de parar el motor.
La bomba de vacío debe tener una capacidad mínima suficiente para cubrir las necesidades de funcionamiento de la instalación durante el ordeño y el lavado, pudiendo evacuar el aire que entra en el sistema durante el cambio de unidades de ordeño, las pérdidas de vacío, consumo de los pulsadores, entrada de aire por el orificio del colector y consumo de los equipos auxiliares, tales como retirada automática de pezoneras, descarga de medidores, etc.
Además de la capacidad mínima de la bomba hay que considerar la reserva real mínima al nivel de vacío de trabajo, que viene determinada por el vacío producido sobre el necesario para el funciona-miento normal de la instalación.
Normalmente, entra por el regulador de vacío una cantidad de aire equivalente a la capacidad de reserva y si en un momento determinado entra en la instalación una cantidad anormal de aire, por ejemplo al cambiar las unidades de ordeño, por caída de una pezonera, etc., el regulador cierra inmediatamente impidiendo que se produzca una caída en el nivel de vacío.
La capacidad y la reserva mínimas se expresan en litros de aire libre por minuto a presión atmosférica normal de 100 kPa (750 mm Hg).
A los valores obtenidos con las fórmulas anteriores hay que añadir el consumo de aire de los equipos auxiliares, tales como receptores, retirada automática de pezoneras, etc., para que en cualquier circunstancia se mantenga la reserva real mínima.
En caso de que sea elevado el consumo de aire del equipo auxiliar, como ocurre en salas de ordeño con puertas y tolvas accionadas por vacío, debe montarse una instalación de vacío independiente para este equipo. En cualquiera de los casos, la capacidad mínima debe ser de 33 Its./min de aire libre en máquinas de ordeño con conducción de leche, con lavado y desinfección in situ.
Las plantas modernas de ordeño trabajan, generalmente, con un nivel de vacío de 50-44 kPa, con el que se consigue un equilibrio ópt imo entre la velocidad de ordeño y las fuerzas mecánicas que actúan sobre el pezón. Si elnivel de vacío es superior, aumenta el flujo de leche pero también se acelera el deslizamiento hacia arriba de las copas de ordeño, sobre todo cuando la ubre está casi vacía, bloqueando el canal que existe entre la cisterna de la ubre y la del pezón y, por lo tanto, aumenta la cantidad de leche que hay que extraer durante el apurado y el riesgo de producir irritaciones y mamitis. Por estas razones, una buena máquina de ordeño debe mantener un equilibrio perfecto entre el nivel de vacío y la fuerza de rozamiento existente entre el pezón y el manguito, especialmente hacía el final del ordeño.
El nivel mínimo de vacío en una máquina de ordeño está determinado por la capacidad de la bomba y por el consumo de la instalación, sin embargo, el nivel máximo está limitado por el regulador de vacío, que deja entrar aire en proporción a la capacidad de reserva debido a que la bomba de vacío evacua una cantidad casi constante de aire expandido, independientemente del número de unidades de ordeño que haya conectadas y de otras posibles entradas de aire. Esto supondría que el nivel de vacío variaría en función de la entrada de aire; sin embargo, debe entrar en la instalación la misma cantidad de aire que evacua la bomba para mantener constante el nivel de vacío.
Por lo tanto, el regulador de vacío debe tener una capacidad mínima igual a la de la bomba y ser capaz de controlar el vacío al nivel nominal de ordeño porque en caso contrario, el nivel de vacío no se mantendría dentro de los límites deseados.
Fuente: Apuntes de Industrialización de productos lácteos de la UNIDEG