Síndrome edematoso en pediatría
El edema puede ser definido como la presencia de líquido en exceso en el espacio intersticial del cuerpo, y requiere de dos elementos básicos para su formación: una alteración de la hemodinámica capilar, y retención de sodio y agua por el riñón.
Se puede clasificar, según extensión, en generalizado o localizado. En el edema generalizado, la acumulación de líquido se distribuye por áreas más extensas del cuerpo, frecuentemente con significativo ascenso de peso, pudiéndose llegar a la situación clínica de anasarca, en que se observa un edema generalizado que incluye derrame pleural y ascitis. E
n el caso de pacientes pediátricos que consultan espontáneamente por síndrome edematoso, las causas de origen renal son las más frecuentes.
El edema localizado se origina generalmente a partir de un trauma o inflamación local (ej. picadura de insecto), y en algunas ocasiones, de obstrucción al flujo venoso (ej. trombosis venosa profunda) o al drenaje linfático de un área (ej. filariasis).
Algunos edemas generalizados pueden ser advertidos como edemas localizados cuando éstos se ubican sólo en sitios de declive por gravedad (edema de decúbito); en ese caso la clara mejoría o «traslado» del edema con el cambio de posición reorientan el diagnóstico. El edema pulmonar puede aparecer en un contexto de patología localizada, como ocurre en el síndrome de dificultad respiratoria aguda, o en un contexto más sistémico, como se ve en la insuficiencia cardíaca congestiva.
En forma didáctica, la aplicación de las fuerzas de Starling a nivel microvascular nos ayudan a clasificar las causas de edema en:
– Aumento de la presión hidráulica intracapilar
– Disminución de la presión oncótica intracapilar
– Aumento de la permeabilidad capilar
– Aumento de presión oncótica intersticial
– Alteración del drenaje linfático intersticial.
Fuente: Manual de pediatría por el Dr. Felipe Cavagnaro S. M. de la escuela.med.puc.cl