Factores políticos
A pesar de que la monarquía vive un gran prestigio, apoyada en el esplendor económico del momento, el Parlamento y los primeros ministros desempeñaron un papel importante. Liberales y conservadores se alternan en el poder sin provocar grandes cambios, más bien se limitan a realizar sucesivas reformas de los planes políticos, en el caso de los liberales favoreciendo más a la burguesía, grupos industriales y comerciantes, y los conservadores beneficiando a la aristocracia y grupos terratenientes.
Existió una preocupación por consolidar el sistema parlamentario aumentando el número de electores. Cuando Disraeli llega a primer ministro aumentó el número de votantes hasta prácticamente duplicarse (en 1884 tenían derecho a voto las tres cuartas partes de los varones adultos). Otras reformas, en este caso realizadas a la llegada al poder de Gladstone, fueron el reconocimiento legal de los sindicatos, acceso a la universidad de fieles no anglicanos o el voto secreto. Como gran logro social cabe destacar la existencia de enseñanza primaria gratuita desde 1891.
Este equilibrio político se rompió con la cuestión irlandesa. Los desacuerdos entre ingleses e irlandeses se arrastraban del pasado ocasionados por la expropiación de tierras a los campesinos irlandeses o las limitaciones de la libertad religiosa de los grupos católicos. En el año 1801 se redacta el Acta de Unión, por la que Irlanda depende totalmente del Reino Unido, estableciéndose también la Iglesia anglicana como única oficial.
La tensión aumenta en el año 1867, cuando una serie de actos violentos obligan al Parlamento de Londres a realizar concesiones como indemnizaciones a campesinos que se habían quedado sin tierra o reducción de los privilegios de la Iglesia anglicana. Las demandas de autonomía irlandesa tuvieron cierto reconocimiento en los gobiernos liberales como el de Gladstone, la vuelta al poder de los grupos conservadores supuso la paralización del proceso. Los últimos años del siglo significan, económicamente, un ligero cuestionamiento de la hegemonía británica. El crecimiento de Alemania y EE. UU. reducen en parte su mercado.