Alemania bismarckiana
El 18 de enero de 1871 se proclama el Imperio alemán. La Constitución aprobada en abril lo conforma como una federación de estados en la cual es innegable el predominio de Prusia. Esta Constitución recoge la creación de una Cámara Alta, donde estaban los representantes de los distintos estados (la representación de Prusia era muy superior) y una Cámara Baja elegida por sufragio universal, aunque muy limitado por las ventajas electorales que tenían los grandes propietarios. El canciller o primer ministro no era responsable ante la Cámara, sólo ante el emperador. Por lo tanto, aunque formalmente se constituía como un estado federal y liberal, la realidad distaba mucho de esta situación.
La política interior desarrollada por Bismarck se caracterizó por limitar el poder de la Iglesia católica y de los grupos socialdemócratas; éstos últimos se beneficiaron del aumento del número de obreros ocasionado por la rápida industrialización. A pesar de ello el Partido Socialdemócrata Alemán tuvo un crecimiento extraordinario contando, en 1890, con cerca de un millón de afiliados.
El aspecto más relevante de la Alemania bismarckiana fue su extraordinario crecimiento económico. La unificación había dado a Alemania un gran mercado nacional que va a convertir al Imperio en una potencia mundial. El desarrollo es espectacular si miramos la cantidad de kilómetros de ferrocarril construidos o la gran aparición de entidades bancarias. La firma de la Paz de Versalles favoreció el desarrollo económico del Imperio alemán al acordarse la cesión de Alsacia y Lorena, que favorecerán el desarrollo de la industria textil y la explotación de recursos minerales, y la indemnización de 5 millardos de francos-oro, lo que significó una importante remesa de capitales para financiar la industrialización.
Además, los siguientes factores explican el desarrollo alemán:
- La unificación del mercado nacional y la monetaria con la creación del marco, que sustituirá a las distintas monedas existentes.
- Construcción masiva de ferrocarriles con el consiguiente crecimiento de la siderur-gia y desarrollo del mercado interior.
- Desarrollo de la banca.
- Desarrollo agrario al aplicar nuevas técnicas y mecanizar las labores agrarias, con-virtiéndose en una de las mejores agriculturas europeas.
- Desarrollo industrial centrado en carbón, acero, química y eléctrica.
- Concentración de empresas (cárteles), frente a la desaparición de las pequeñas y medianas.
Desde 1890 este crecimiento se incrementa reduciendo en parte la hegemonía industrial inglesa en el mundo. Como todas las potencias europeas, pretenderá consolidar su desarrollo con una expansión comercial y territorial. Su tardía llegada a la carrera colonial será una de las principales fuentes de tensión a lo largo del siglo siguiente.