Fractura digital
La Sociedad de la Información fue considerada por muchos sociólogos como el paradigma de la igualdad, pero hoy ya caben dudas acerca de sus capacidades igualitarias y liberadoras. Internet, la manifestación más clara de esa Sociedad, no resuelve por sí sola los problemas del mundo. De hecho, ha sido casi inevitable que reproduzca algunas de las desigualdades más notables que hay en nuestros países.
Mientras las naciones más industrializadas extienden el acceso a la red de redes entre porcentajes cada vez más altos de sus ciudadanos, Internet sigue siendo ajena a casi la totalidad de la gente en los países más pobres o incluso en zonas o entre segmentos marginados de la población en los países más desarrollados.
Por tanto, una de las características de nuestra sociedad es la fractura o brecha digital, es decir, la distancia (y no nos referimos a términos físicos) que existe entre conectados y no conectados, ya sean éstos personas, capas sociales o países enteros.
Los parados, los marginados, las personas mayores, las amas de casa y otras personas que no acceden al uso de los ordenadores y de Internet constituyen un segmento social que queda excluido de las ventajas que las nuevas comunicaciones pueden reportar.
Si bien podemos decir que una de las causas principales de la aparición de estas diferencias es la pobreza, no es éste el único factor, ya que no basta con enchufar un ordenador en una choza para superar la fractura digital, pues también hay que superar los abismos del contenido. Así pues, más importante que el acceso al ordenador es la educación.