Colocación de los micrófonos
El efecto de proximidad es el fenómeno que se produce cuando grabamos por un micrófono con patrón cardioide. Este efecto hace que el sonido que se recoge suene diferente según su distancia al micro.
Para que la reproducción del sonido sea lo más fiel posible, hay que tener la precaución de respetar la distancia aconsejada entre el micrófono y la fuente sonora.
Es decir que cuanto más cerca situemos el micrófono de los labios del orador, menos ruidos del ambiente captaremos y mejor se reproducirá la voz del hablante. La distancia de empleo, para un micrófono omnidireccional, está comprendida entre 10 cm y 25 cm.
Si situamos el micrófono a una distancia menor de 10 cm, la onda expansiva de la voz desplazaría la membrana de forma brusca, produciendo un impulso eléctrico de gran amplitud que saturaría por unos instantes la entrada del amplificador.
En el caso de utilizar micrófonos direccionales, la proximidad de éstos a la boca del orador no es tan acusada, ya que apenas recogen los sonidos o ruidos del ambiente.
Los límites en la proximidad vienen determinados por los golpes de voz al pronunciar sonidos demasiado graves.