La justicia
Para Aristóteles, la justicia es la virtud que nos inclina a dar a cada uno lo suyo, es decir, lo que le pertenece.
Dentro de esta concepción nuestro filósofo distinguió dos clases:
– Justicia universal. Consiste en la obediencia de la ley.
En este sentido, Aristóteles, como Platón y la mayoría de los griegos, sentía un vivo respeto por las leyes de la polis.
Por eso, según él, la primera manera de ser injusto radicaba en violarlas.
– Justicia particular. Se refiere a los diferentes campos o aspectos que podemos distinguir en la sociedad. Dentro de este tipo de justicia, distingue tres clases:
– Justicia distributiva. Consiste en la repartición de los bienes sociales.
– Justicia correctiva. Es la encargada de reparar los daños, tanto voluntarios como involuntarios, que las personas causan.
A este respecto, considera a los distintos seres humanos estrictamente como individuos particulares e iguales entre sí.
– Justicia conmutativa. Es la encargada de dirigir las relaciones comerciales de compra-venta y otras de tipo análogo.
En este sentido, una persona puede renunciar a sus derechos —por ejemplo, a no reclamar el precio de una mercancía vendida—, pero no a sus deberes —a pagar el precio acordado por la mercancía comprada.