El bien humano. La felicidad
Aristóteles cree que el bien supremo del hombre es la felicidad. Ésta es la máxima virtud.
Pero a diferencia de su maestro Platón, para quien el Bien es único, la felicidad (o el bien en Aristóteles) consiste en el ejercicio perfecto de cada actividad propia del hombre.
En este sentido, hay muchos tipos de bien, unidos cada uno de ellos a una virtud distinta.
Es necesario partir de la experiencia propia y de los hechos para alcanzar el máximo grado de perfección y virtud en cualquier actividad.
De este modo, se alcanza la felicidad o la bondad, a la que se llega por muchos caminos.
Durante el período helenístico, las distintas corrientes éticas mostraron sus diferencias con respecto al tema del bien. En el estoicismo, el bien representa la virtud más alta. Ésta se consigue viviendo de acuerdo con la Naturaleza, a la que consideran un Todo ordenado y racional.
Para alcanzar el bien o la virtud han de evitarse por completo las pasiones (dolor, temor, placer, deseo sensual) mediante el autodominio y la ataraxia (o imperturbabilidad del ánimo).
En el terreno del conocimiento, es posible ser virtuoso o bueno a través de la epojé o suspensión del juicio.