Cómo resolver las dificultades de estudio

Un rendimiento académico satisfactorio depende, en gran medida, de la efectividad de sus jornadas de estudio. En muchos casos, los alumnos fracasan en esta actividad porque carecen de hábitos adecuados de trabajo, fallan en las técnicas instrumentales esenciales o carecen de la suficiente motivación.

Si se detectan estas u otras dificultades de estudio, es preciso actuar a tiempo y corregirlas para que no se intensifiquen a medida que avanzan en su trayectoria escolar.

Sin embargo, además de estas circunstancias contextuales, el fracaso o el éxito escolar del alumno está unido también de forma indiscutible a su competencia y efectividad para estudiar.

A algunos se les da mejor estudiar las ciencias, otros demuestran mayor destreza en matemáticas y otro grupo puede tener más facilidad para asimilar los contenidos de historia. Pero si se dejan aparte los gustos o habilidades que tienen para las diferentes materias, los estudiantes que obtienen buenos resultados saben en general estudiar de forma efectiva.

1. No sabe aplicar los métodos básicos de estudio. 

– Problema: en algunos casos, el estudiante no rinde de forma adecuada porque no utiliza las técnicas de aprendizaje básicas para una correcta adquisición de los conocimientos. Se limita a leer y memorizar los contenidos y elude los procedimientos que facilitan la comprensión y mejoran el rendimiento.
– Solución: el alumno debe aprender a estudiar con método. Para ello, padres y docentes deben iniciarle en las técnicas básicas, como el subrayado, los esquemas, los resúmenes o los mapas conceptuales. Una alternativa interesante puede ser optar por alguna de las diferentes propuestas de cursos o talleres de técnicas de estudio disponibles en la actualidad en distintos formatos.

2. Carece de un hábito adecuado de trabajo. 

– Problema: la falta de organización y planificación del tiempo de estudio tiene una influencia negativa en el rendimiento del alumno. Le impide asimilar de forma progresiva los contenidos curriculares, provoca retrasos en la entrega de las tareas y conduce a «atracones» de estudio de última hora, que en general son ineficaces para aprobar las materias.
– Solución: las familias, después de consultar con el tutor académico, pueden elaborar con el estudiante un horario de trabajo diario con una distribución del tiempo ajustada a su nivel académico y a sus necesidades. Se debe respetar el horario para crear una rutina en el alumno y supervisar tanto el cumplimiento de los tiempos marcados, como los resultados obtenidos por medio de la agenda escolar.

3. Falla en las técnicas instrumentales esenciales. 

– Problema: una lectura demasiado lenta o la dificultad para la comprensión lectora impide a muchos estudiantes rendir de forma proporcional al esfuerzo que realizan. Del mismo modo, la fluidez en la redacción e incluso los fallos mecánicos en la escritura dificultan la labor de estudio de algunos alumnos.
– Solución: se ha de comenzar a trabajar desde la base. Estos estudiantes necesitan practicar, de forma adicional a sus tareas diarias, con ejercicios y estrategias que les permitan desarrollar una lectura comprensiva y aprender las principales técnicas de lectura rápida. Quienes tengan problemas de fluidez verbal pueden optar por actividades destinadas a desarrollar su competencia léxica y quienes fallan en la escritura, por recursos que les ayuden a mejorar la letra.

4. Falta de concentración. 

– Problema: se distraen con cualquier cosa y pierden el tiempo con facilidad. La dificultad para concentrarse en las tareas o en el estudio les impide aprovechar la jornada y necesitan invertir el doble de tiempo que sus compañeros para adquirir los conocimientos.
– Solución: antes que nada, es necesario descartar que el estudiante padezca un trastorno específico de déficit de atención (TDA), que deben diagnosticar y tratar los especialistas. Si no es así, se puede empezar por detectar y anular los elementos que pueden distraer al alumno, como la televisión o los aparatos de música.