El legado de la historia y las tendencias modernas en la educación
La Trinidad de la educación
Existe una venerable tradición, que se extiende al menos desde Jan Amos Comenius en el siglo XVII hasta Max Scheller en el siglo XX, según la cual la educación general se subdivide en tres áreas (consulte Pick en línea; Scheler, 1958).
Este enfoque tiene sus orígenes en la antigua noción tripartita del ser humano, a saber:
– Un cuerpo que necesita alimento y resguardo, comodidad física y placeres de la carne, así como otros bienes materiales y objetos creados por la mano del hombre, que sólo pueden encontrarse en un entorno artificial;
– Un alma que se siente sola y que busca encontrarse con otra alma, que añora comprensión y apoyo, y que está dispuesta a amar y a ser amada en alegre comunión con el universo; y
– Un espíritu que lucha por avanzar hacia la Causa Primera (Fuerza Inicial, Fuente de Vida, Sabiduría Eterna, Verdad Eterna y Meta Final) de la existencia humana, trascendiendo todas las barreras de tiempo y espacio.
Los ámbitos educativos (y culturales) correspondientes se han denominado de diversas maneras. A grandes rasgos, si resumiéramos en pocas palabras su contenido esencial, podríamos llamarlos:
– Educación tecnológica y manual, que tiene como objetivo el dominio de las artes y la artesanía, la lógica y la matemática, la ingeniería, las ciencias naturales, sociales y conductuales, y otras actividades que permiten a los individuos satisfacer sus necesidades y deseos personales mediante un efectivo procesamiento, manejo y control de la materia, la energía y la información en un mundo de objetos y de fenómenos objetivos.
– Educación comunitaria (interpersonal), que tiene como objetivo aprender a interactuar y relacionarse, desde un punto de vista subjetivo y emocional, con otros seres humanos (y, hasta cierto punto, con otros seres no humanos). Esto puede lograrse a través de una educación ética y estética, por medio del cuidado de personas necesitadas, juegos, bailes, canciones y cuentos, el estudio de rituales y mitos, el folclore y la filosofía, la poesía y el teatro, la música y el arte; o discutiendo y buscando formas de resolver los problemas de la vida cívica, de modo de participar activamente en emprendimientos públicos de alcance social.
– Educación transpersonal, que tiene como objetivo la catequización e iniciación de los neófitos en el credo, los misterios y los sacramentos de una ideología religiosa particular, impulsando a los individuos a cuestionar su relación con el Absoluto o simplemente dotando al individuo de un sentido de pertenencia a algo más grande y poderoso. Fuente: Libro de las Tecnologías de la información y la comunicación en la enseñanza de la UNESCO.