Disminución en la frecuencia y/o aumento en la consistencia de las deposiciones
La frecuencia normal de las deposiciones a diferentes edades se ha definido en estudios clásicos. Los lactantes tienen una media de 4 deposiciones por día durante la primera semana de vida. Esta frecuencia gradualmente declina a un promedio de 1,7 deposiciones por día a los 2 años y a 1,2 deposiciones por día a los 4 años de edad.
Sin embargo, en un grupo de lactantes alimentados al pecho puede haber intervalos sin que éstos presenten ninguna deposición, durante varios días, llegando inclusive a pasar de una semana sin defecar. Esta situación se considera normal, ocurre en un 1/6 a un 1/5 de los lactantes sanos entre los 28 días y los 3 meses de vida, no corresponde a constipación, en rigor, y no tiene relevancia patológica alguna.
Sólo se sabe que la frecuencia de cólicos puede estar aumentada en esta situación. Después de los 4 años, la frecuencia de defecaciones permanece sin cambiar. La disminución de la frecuencia de la defecación con la edad, se correlaciona con el aumento de tiempo del tránsito intestinal: éste es de aproximadamente 8 horas en las primeras semanas de vida y llega a 26 horas entre los 3 y los 13 años de edad.
En algunos niños, la defecación se produce una o más veces al día, mientras que en otros ocurre cada 2 ó más días. En este ultimo caso no se puede hablar de constipación si las deposiciones son de consistencia normal. Se considera que un niño es constipado, aunque tenga deposiciones diarias, si estas son duras, provocan molestia al ser evacuadas y persiste materia fecal en el recto.
Los recién nacidos y lactantes alimentados al pecho materno, aún cuando puedan pasar en ocasiones varios días sin defecar, tienen deposiciones siempre fluidas, con las características típicas de las heces del niño alimentado al pecho (color amarillo oro, espumosas, con sustancias reductoras presentes y pH fecal ácido). En el segundo semestre de la vida, la frecuencia y consistencia de las evacuaciones y el tiempo de tránsito intestinal están muy influenciados por la cantidad de fibra de la dieta. Las dietas ricas en fibras, producen deposiciones más frecuentes, más blandas, y un tiempo de tránsito intestinal más corto. Por el contrario, las deposiciones duras y secas, son características de las dietas con escaso contenido en fibras.
La constipación crónica funcional representa un verdadero círculo vicioso, que comienza con los primeros episodios agudos de constipación del niño. Estos episodios surgen de eventos variados, tales como: cambios en la dieta o en la rutina de defecación, un entrenamiento inadecuado, situaciones estresantes, enfermedades intercurrentes, uso de ciertos medicamentos o alteración en la postura defecatoria.
El acto de defecar, en estos casos, al producir una evacuación dolorosa es considerado como traumático, por un niño que quiere evitar una sensación desagradable al momento de defecar. Posteriormente, cada vez que el niño perciba la repleción del recto, tratará de inducir una retención voluntaria de deposiciones, para evitar el dolor. La retención de deposiciones y el aumento en su consistencia llevan, subsecuentemente, al paso de grandes masas fecales que distienden dolorosamente el ano y refuerzan los temores del niño, creando en éste una verdadera fobia a defecar, lo que resulta en una marcada conducta retentiva.
Tales niños responden a la urgencia de defecar contrayendo el esfínter anal y el piso de la pelvis, con la intención de retener deposiciones. Eventualmente el recto se acostumbra al estímulo de grandes masas fecales y la urgencia para defecar desaparece. Con el tiempo este comportamiento retentivo lleva a un reflejo condicionado. Dicha conducta es mucho más marcada en preescolares, ya que en esta etapa del ciclo vital predomina el pensamiento prelógico.
Fuente: Manual de pediatría por Dr. Paul Harris, Dr. Francisco Larraín y Dr. Ernesto Guiraldes de la escuela.med.puc.cl