Los fenómenos determinísticos y aleatorios
En la vida cotidiana nos solemos encontrar con una serie de situaciones cuyas consecuencias conocemos y de antemano podemos predecir. Por ejemplo, ningún adulto en uso de sus facultades necesita poner la mano en el fuego para saber que se quemará o soltar un jarro en el aire para ver si cae al suelo.
Los fenómenos como los descritos reciben el nombre de fenómenos determinísticos. Sin embargo hay otros fenómenos con distintos resultados posibles, de los que no se puede hacer afirmaciones certeras hasta que hayan ocurrido.
Por ejemplo no podemos saber qué números serán los favorecidos en el próximo sorteo de «Melate», ni podemos conocer al momento de la siembra cómo será la cosecha.
Estos fenómenos cuyos resultados no pueden asegurarse hasta el momento de su ocurrencia, reciben el nombre de fenómenos aleatorios.
A los resultados posibles de un fenómeno aleatorio también se los llama eventos. Entre los fenómenos aleatorios se encuentran todos los juegos de azar y una gran cantidad de situaciones cotidianas que son todas aquellas que tienen más de un resultado posible.
Es por ello que no podemos saber cuál de esos resultados ocurrirá la próxima vez que se observe ese fenómeno, aunque conozcamos todos los resultados posibles.
Fuente: Instituto Nacional de Educación para Adultos