Fuentes de información e hipermedia
Como ya dijimos, una computadora puede almacenar una gran cantidad de información. Por ejemplo, un servidor con una capacidad de un terabyte, que puede adquirirse por unos pocos miles de dólares, permite almacenar el texto íntegro de un millón de libros o alrededor de mil horas de video.
Casi todos los libros escritos en la historia de la humanidad podrían almacenarse en computadoras ubicadas dentro de un edificio de tamaño medio. En poco tiempo será posible hacer lo mismo con todas las galerías de arte, las colecciones fotográficas, los archivos de todos los documentos importantes, los discursos, la música y las películas más importantes.
Por otra parte, no es necesario que toda esta información se encuentre en un solo lugar, sino que puede estar dispersa en distintas partes del mundo y accederse a ella por Internet.
Este panorama no está tan alejado de nuestra realidad actual; cada vez son más los intentos individuales y colectivos de crear bibliotecas electrónicas, archivos y museos digitales.
Algunos de estos sitios son privados o sólo abiertos a los usuarios registrados, que pagan una cuota mensual, pero muchos otros son gratuitos, abiertos a todo público y pueden utilizarse libremente con fines educativos.
En este contexto, nos enfrentamos a dos problemas fundamentales: la calidad de la información y la accesibilidad de la información.
Ninguno de ellos es un problema nuevo, pero sí podemos decir que ha adoptado una nueva forma. El primero ha sido un problema con el que la sociedad siempre ha debido lidiar, ya sea en forma de periódicos o revistas sensacionalistas, o de libros escritos por aficionados, con poca formación o información imprecisa.
En el pasado, el control de la calidad se guiaba hasta cierto punto por pautas morales o legales, pero sobre todo por mecanismos económicos y tecnológicos: dado que distribuir la información y hacerla llegar al gran público era muy caro, era de vital importancia que ésta fuera lo más precisa posible.
La falta de un acceso sistematizado a la información permitía que se extraviara información sobre invenciones tecnológicas y científicas, se perdieran direcciones, partidas de nacimiento, etcétera.
Para solucionar este problema se crearon las bibliotecas, los archivos, los catálogos, los diversos sistemas de indexación, las revistas científicas, los índices, las guías telefónicas y los libros con referencias y notas al pie.
Con la llegada de la era de Internet, estos problemas se agudizaron. Internet está llena de información imprecisa o de difícil acceso. Uno puede pasar horas buscando la información necesaria y aun así no encontrar lo que se desea.
Esta es la razón por la que algunas personas dicen que Internet es un recurso poco útil, o incluso destructivo y peligroso. Sin embargo, la comunidad tecnológica ha inventado diversos mecanismos que permiten sortear estos obstáculos.
Hipervínculos. El mecanismo de referencia utilizado en las enciclopedias se ha extendido al ámbito de Internet. Las TIC permiten que una sola computadora albergue la información contenida en un millón de tomos impresos.
Al hacer clic con el ratón en una palabra que se encuentra resaltada en la pantalla, se puede acceder inmediatamente a la información referente a esa palabra o concepto (muchas veces en una nueva ventana). Además, tanto individuos como instituciones han creado catálogos y bibliotecas de referencia electrónicas a las que se puede acceder a través de hipervínculos ubicados en Internet.
Descripciones. Los catálogos son útiles para, por ejemplo, buscar información sobre las colecciones de los museos. Para ello es necesario que alguien se encargue de describir los ítems que integran la colección y de ordenarlos en catálogos. Las TIC son herramientas ideales para crear catálogos, pero es necesario ingresar la información correspondiente a las descripciones.
En los últimos años se han dado ciertos pasos en esta dirección, mediante la creación de estándares y de los llamados metadatos.
Normas. Otro aspecto importante es la creación de normas para el almacenamiento de textos e imágenes. En el pasado era muy común que existieran incompatibilidades entre los archivos viejos y los programas nuevos.
Para evitar este problema se han desarrollado sistemas de normas que describen de una forma simple cómo se almacenan los datos y se presentan en la pantalla.
Accesibilidad. Muchos objetos de información existen como parte de un todo. Por ejemplo, un cuadro es parte de la colección de un museo. Por diversos motivos, entre ellos educativos, es posible que deseemos acceder a un objeto particular de forma independiente.
Desde el punto de vista técnico, esto no presenta ninguna dificultad. Sin embargo, deben encontrarse soluciones para lidiar con problemas de organización y de derechos de autor.
Motores de búsqueda. Estas herramientas permiten buscar información en Internet ingresando palabras clave. De esta forma podemos pedirle a un motor de búsqueda que muestre todas las referencias existentes en Internet sobre una palabra en particular o una frase exacta.
Existen métodos de búsqueda más avanzados y complejos, que permiten, por ejemplo, buscar una combinación de palabras que contengan ciertas palabras específicas pero no otras, etcétera.
Portales. Los motores de búsqueda son métodos de búsqueda aproximados que no evalúan la calidad de la información que se presenta. Otro método que utiliza motores de búsqueda pero que también describe y evalúa las fuentes de información que se presentan al usuario, son los llamados portales.
Los portales son sitios de Internet desarrollados por particulares o asociaciones profesionales que reúnen toda la información en un único sitio y que aseguran que las búsquedas se ciñan a ciertos niveles de calidad.
Sistemas de seguridad. Los mecanismos descritos arriba no impiden el acceso a Internet a ningún usuario. Esto ha sido motivo de inquietud para muchos padres y educadores, que desean proteger a las nuevas generaciones de los contenidos negativos o peligrosos que circulan en Internet, como la pornografía, la violencia, los narcóticos, etcétera.
Por esta razón, se ha desarrollado una infraestructura de seguridad que permite bloquear el acceso a ciertos contenidos. Los padres o las escuelas pueden adoptar este sistema de seguridad y restringir el acceso a sitios Web con contenidos nocivos para los niños. Fuente: Libro de las Tecnologías de la información y la comunicación en la enseñanza de la UNESCO.