Procedimiento de preparación para el masaje
1.La disposición
En la terapia de masaje es importante su disposición y estado mental. Evite en lo posible dar un masaje con un estado de ánimo alterado (mal humor, estrés, ansiedad, etc.). Tome cada sesión como una nueva experiencia y esté dispuesto a dar y brindar cuidado, consideración y respeto.
2. La respiración
La respiración es algo fundamental para dar un buen masaje. Respire profunda y lentamente y trate de relajarse. Mucha gente respira incorrectamente, lo cual acarrea problemas de salud como angina, ansiedad, vértigos o mareos, hormigueo o picazón en manos y pies. La respiración debe ser a nivel de estómago y no a nivel de pecho. De esta manera puede controlar y comprobar si usted está respirando correctamente: coloque una mano en el abdomen y otra en el pecho; inhale y sienta cuál mano se levanta.
3. Las manos
Sus manos son las únicas herramientas que posee, por lo tanto es necesario trabajarlas para mantenerlas sensibles y flexibles. Realice estos ejercicios:
1. Tome una pelota pequeña de goma en una mano y repetidamente apriete y relaje sus dedos alrededor de ella. Hágalo luego con la otra mano. Esto le dará fuerza en los dedos.
2. Rote y estire cada dedo, uno a la vez. Agarre un dedo con la mano contraria, rótelo en cada dirección y luego estírelo suavemente.
3. Coloque sus manos juntas y levante sus codos hasta que sus palmas ya no se toquen. Presione sus dedos uno contra el otro, durante seis ú ocho segundos.
4. Coloque el lado interno de una muñeca en el lado externo de la otra, con los codos hacia arriba y hacia afuera. Ruede o gire una mano contra la otra, haciendo círculos cada vez más anchos.
4. Reglas generales
1. El elemento más importante en el masaje es el ritmo. Un masaje rítmico producirá una onda de relajación a todo el cuerpo.
2. El masaje debe ser placentero. Pregúntele a la persona que está recibiendo el masaje, si algo le resulta desagradable o doloroso.
3. Varíe la presión de muy suave a fuerte. Preferiblemente suave en áreas huesudas fuerte en áreas musculosas.
4. No es necesario usar la fuerte durante el masaje; simplemente use el peso de su cuerpo para aplicar presión.
5. Concéntrese en el masaje. Trate de no hablar mucho.
6. No se preocupe si en el primer momento se siente incómodo o torpe. Poco a poco el masaje fluirá sin tropiezos.
7. No masajee a una persona que esté en las siguientes condiciones, a menos que el médico lo autorice:
– Una infección o enfermedad contagiosa
– Si presenta alta temperatura.
– Dolor agudo de la espalda, especialmente si éste baja por el brazo o la pierna cuando masajea la espalda.
– Una infección de la piel, moretones o inflamaciones.
Fuente: Basado en el manual de estética y cosmetología de Nellys Gil de Zalaya