Alteraciones de torsión

El término anteversión (o retroversión) corresponde a la rotación anterior o posterior que presenta sobre su eje longitudinal la extremidad.

La cabeza femoral normalmente se encuentra en anteversión respecto a los cóndilos femorales. Esta anteversión, que al momento de nacimiento corresponde en promedio a 40°, va decreciendo con la madurez esquelética hasta llegar en promedio a 12°.

La tibia está normalmente rotada a externa y cambia desde los 5° en el nacimiento hasta los 15° en la madurez esquelética. Esto hace que habitualmente exista una rotación interna de la extremidad inferior y que, a medida que el niño va creciendo, ésta vaya cambiando a rotación externa.

La evaluación de estos pacientes debe comenzar con un estudio familiar. En el examen físico hay que ver si la alteración de torsión es estática (presente también en reposo) o dinámica. Se debe identificar cual es el componente rotacional de la tibia, la existencia de metatarso varo (que determina marcha en rotación interna) o de pie plano (que determina apariencia de rotación externa).

Hay que tener presente que el 95% de las deformidades de torsión se resuelve espontáneamente. El uso de férulas, plantillas y zapatos correctores no ha demostrado que afecten la historia natural del problema.

En el tratamiento se debe insistir en la corrección de los hábitos posturales y evitar que los niños jueguen arrodillados. Si la deformidad persiste en la etapa adulta y es causal de alteración funcional, debe realizarse una osteotomía correctora.

Fuente: Manual de pediatría por el Dr. Roberto Raimann Ballas de la escuela.med.puc.cl