Letra gótica en la tipografía
En el siglo X, en el monasterio de St. Gall, Suiza, se experimentaba con un nuevo tipo de letra comprimida y angulosa. Era más rápida de escribir y aprovechaba mejor el papel. Estos factores eran de gran ayuda en un momento que la demanda de escritos se había incrementado notablemente. En los siglos posteriores, la copia de libros aumentó todavía más.
Hacia el año 1.100 d.C. entra en Europa, a través de Sicilia y los musulmanes establecidos en España, un invento ya viejo en Oriente: el papel. Lentamente el secreto de la fabricación de papel fue corriendo por Europa, si bien su fabricación y uso no estuvo bien asentada hasta principios del siglo XV. En los países nórdicos se desarrollo una variante de letra llamada Textura. Era una letra gótica muy estrecha y muy negra.
La letra gótica se difundió, aunque con desigual acogida, por toda Europa. En Italia se ideó una variante de la gótica más redondeada pero igual de condensada: la Littera Moderna (o Rotunda), que fue muy utilizada durante todo el Renacimiento.
Al tiempo, en la misma Italia, hacia 1400, Poggio Bacciolini recuperó la tradición carolingia para crear una alternativa a la Littera Moderna: las Littera Antiqua. El ambiente iba propiciando, cada vez más, la profundización en las técnicas manuales de escritura. Así, previo a la invención del hueco grabado en 1.446, Niccolo Niccoli desarrolla su Minúscula de Niccoli, precursora de la escritura itálica moderna y elaborada a partir de la cursiva gótica informal.
Fuente: Introducción a la tipografía de la Universidad de Londres