Bases inmunológicas

Las vacunas contienen antígenos capaces de sensibilizar el sistema inmune, con el fin de provocar una memoria inmune que determine que, cuando la persona se exponga a la infección verdadera, se active rápidamente una respuesta defensiva específica través de los linfocitos T y B.

La inmunidad puede ser activada a través de antígenos provenientes de microorganismos vivos atenuados, muertos, o de subunidades de gérmenes muertos.

Características de la vacuna «ideal»:

– Reproducir (mimetizar) una respuesta inmunológica similar a la de la infección natural
– Ser efectiva (más del 90% de protección)
– Tener mínimos efectos secundarios y completa seguridad
– Producir inmunidad persistente a largo plazo
– Existir en dosis única y compatible con otras vacunas
– Ser administrada en forma no invasora
– Poder administrarse precozmente, en los primeros meses de la vida
– Ser estable a temperatura ambiente
– Ser de fácil producción y económicamente accesible.

En realidad no existe una vacuna ideal; sin embargo hay algunas que están más cerca de este ideal. Los criterios antes mencionados sirven para calificar una nueva vacuna y decidir su aprobación y su posterior uso en una población.

Fuente: Manual de pediatría por la Dra. Lorena Cifuentes Aguila de la escuela.med.puc.cl