Mitos acerca de la educación virtual

– Se necesita saber mucho de tecnología
Tanto para los profesores como para los alumnos, las herramientas de comunicación y de estudio disponibles son cada vez más intuitivas y simples. Si pueden usar Internet y saben manejar un correo electrónico, un chat y un foro de discusión, están listos para participar en un curso virtual.

– Es muy costosa
Existen soluciones muy económicas que utilizan software de uso libre para instituciones educativas.

– Los alumnos no están listos
Los estudiantes están listos hace mucho tiempo. Hoy en día los jóvenes se comunican a través de Internet en forma tan natural como hablar por teléfono. Su principal fuente de información hoy en día es la Web y esperan que sus maestros estén tan conectados como ellos.

– Los profesores no están listos
Hace un par de años podíamos decir que era así. Los estudiantes iban a un ritmo mucho mayor que los profesores. Hoy ya no. La comunidad académica le ha perdido el “miedo” a la tecnología y los profesores ya son conscientes que aquellos que se enorgullecían de su analfabetismo tecnológico están en vías de extinción.

– Los cursos son impersonales
Los cursos a través de Internet pueden ser tan personales como lo quiera el profesor y lo alumnos. Es obvio que no habrá contacto cara a cara, pero esto no quiere decir que no se pueden crear relaciones y amistad entre los participantes. Al contrario, es muy común que los estudiantes que están geográficamente apartados se interesen por conocerse mutuamente, aunque sea solamente por medios electrónicos.

– Los cursos son mediocres
Al igual que en la educación presencial, la calidad depende del profesor que acompaña el curso. Los materiales NO son la única razón por la que un curso es bueno o malo. La excelencia de un curso (presencial o virtual) está determinada por la pasión con la que el profesor lo diseña y lo acompaña. No depende del medio utilizado.

– La deserción es muy alta
Ocurre igual que en la educación presencial. Aunque obliguemos a los alumnos a asistir a la clase (llamando a lista o haciendo quizzes en todas las clases) los alumnos desearán asistir solamente a las clases en las que encuentren profesores que saben atraerlos y motivarlos.

– No es para mí ni para mis alumnos
Si un educador todavía piensa que puede marginarse de lo que está ocurriendo en el mundo, no hay problema. Puede quedarse en su caverna, pero por favor, no encierre a sus alumnos. El miedo a los cambios es natural en el ser humano pero ojalá más temprano que tarde todos los educadores se atrevan a enfrentarlos y hacerlos parte del pasado.

Autor: Guillermo Ramírez – Wikilearning.com